En un ensayo que invita a la reflexión, el pionero de la cadena de bloques Trent McConaghy sostiene que la inteligencia artificial (IA) y la cadena de bloques están destinadas a converger, permitiendo una nueva fase de la evolución humana o, potencialmente, la caída de la humanidad. Los expertos en IA analizan si la IA descentralizada puede frenar la superinteligencia no alineada.
El meteórico ascenso de grandes modelos de lenguaje como ChatGPT ha alimentado una intensa especulación sobre la integración de la IA con blockchain. Pero los visionarios de la tecnología advierten que, si bien la cadena de bloques podría hacer que la IA sea más transparente, las soluciones enfrentan enormes obstáculos técnicos. Mientras tanto, la IA deshonesta aún podría superar la regulación.
Blockchain facilita la transparencia y el regulate de acceso a datos y modelos, lo que permite una supervisión ética. La auditabilidad disuade el juego sucio, mientras que los incentivos simbólicos amplían el suministro de datos. Si se implementa correctamente, blockchain podría hacer que el desarrollo de la IA sea más democrático, abierto y alineado con los valores humanos. Pero los desafíos técnicos y de adopción siguen siendo enormes. Blockchain no es una panacea, sino una pieza prometedora del rompecabezas de la responsabilidad de la IA.
Trent McConaghy sostiene de manera controvertida que los AGI superinteligentes inevitablemente considerarán irrelevantes las preferencias humanas. Así como los humanos ignoran a las hormigas, AGI puede descartar la humanidad biológica. Sin embargo, la coexistencia puede ser posible. McConaghy imagina mejoras cibernéticas como interfaces cerebro-computadora para aumentar radicalmente la inteligencia humana. Al fusionarse con la tecnología, la humanidad podría convertirse en la “Naturaleza 2.0”, siguiendo el ritmo de las máquinas. Sigue siendo especulativo si una transformación tan profunda es alcanzable o deseable.
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