Los accionistas de Microsoft votarán una propuesta para evaluar Bitcoin (BTC) como una posible inversión corporativa en la próxima reunión anual del gigante tecnológico a finales de año, según un documento regulatorio del 24 de octubre.
La propuesta, presentada por una junta asesora de accionistas, exige una evaluación detallada del papel potencial de la criptomoneda insignia dentro de las operaciones de tesorería de Microsoft.
Sin embargo, la junta directiva recomendó no tomar la medida, afirmando que su tesorería ya evalúa una variedad de activos, incluidas criptomonedas como Bitcoin. La junta enfatizó la volatilidad de Bitcoin y argumentó que los procesos actuales de la compañía garantizan la estabilidad financiera sin la necesidad de una revisión adicional.
En su declaración de oposición, la junta destacó la importancia de la estabilidad en las operaciones de tesorería corporativa, señalando que los activos altamente volátiles como Bitcoin son menos adecuados para garantizar la liquidez y la financiación operativa.
El equipo de Servicios de Inversión y Tesorería Global de Microsoft ya evalúa una amplia gama de activos, incluidos aquellos que brindan diversificación y protección contra la inflación. El equipo ha considerado anteriormente Bitcoin y otros activos digitales como parte de su proceso de gestión de riesgos y continúa monitoreando las tendencias del mercado en este espacio.
La reunión anual de accionistas de Microsoft el 10 de diciembre también cubrirá otros temas importantes, como la gobernanza y la remuneración de los ejecutivos, pero la propuesta de Bitcoin se ha convertido en un punto focal a medida que se intensifican las conversaciones sobre la adopción corporativa de las criptomonedas.
Interés creciente en medio de cautela
Microsoft ha adoptado tradicionalmente un enfoque conservador en su gestión financiera, con importantes reservas de efectivo invertidas en activos de bajo riesgo como bonos. La oposición de la junta a la inversión en Bitcoin refleja esta estrategia más amplia de priorizar la estabilidad sobre los rendimientos potencialmente altos pero impredecibles.
Históricamente, Bitcoin ha experimentado oscilaciones extremas de precios, lo que lo convierte en un activo riesgoso para las funciones de tesorería corporativa, que normalmente priorizan la liquidez y la estabilidad. Por ejemplo, Bitcoin alcanzó más de 69.000 dólares en 2021, pero cayó por debajo de 30.000 dólares varias veces en los años siguientes. Este tipo de volatilidad puede plantear riesgos importantes para las empresas que gestionan gastos operativos o realizan inversiones a largo plazo.
A pesar de los riesgos, el interés institucional en Bitcoin sigue aumentando. Los fondos de cobertura y las instituciones financieras han integrado cada vez más las criptomonedas en sus carteras. Sin embargo, muchas corporaciones se mantienen cautelosas debido a los riesgos operativos asociados con la alta volatilidad, los panoramas regulatorios impredecibles y las preocupaciones sobre la ciberseguridad.
Si bien algunas empresas han adoptado las criptomonedas, otras han adoptado un enfoque de «esperar y ver». La evolución de la tecnología detrás de las criptomonedas, incluidos los avances en blockchain, ha generado un mayor interés en sus aplicaciones, pero la incertidumbre en torno a la adopción y la regulación del mercado mantiene a empresas como Microsoft indecisas.