La reapertura de China sacudirá al mundo en el 2023. Después de 3 años de encierro, las autoridades chinas han decidido abrir el país. Bueno, esta reapertura tiene consecuencias económicas. Y estas consecuencias económicas, a su vez, tendrán un efecto en la política monetaria de los bancos centrales. Las decisiones de la Reserva Federal de los Estados Unidos (el banco central estadounidense), en particular, influyen mucho en las valoraciones en los activos de riesgo como Bitcoin. O sea, no es muy sensato para los inversores de Bitcoin mantenerse ajenos o indiferentes a los vaivenes del mundo. Todo está interconectado.
Esta reapertura implica un incremento de la oferta y de la demanda. Esto beneficiará a unos y perjudicará a otros. En ambos casos, esta apertura significa distorsiones. Claro que esto tenemos que estudiarlo en contexto. En este preciso momento, los principales bancos centrales del mundo están aumentando los costos del crédito para reducir la demanda. De esta manera, bajar la inflación. En este contexto, esta reapertura añade mayores presiones inflacionarias a un sistema sobrecalentado. Lo que podría obligar a la Reserva Federal a endurecer aún más. Por ende, el impacto chino hay que seguirlo con mucho detenimiento.
Para un hotelero en Tailandia, esta reapertura es positiva, porque significa el retorno del turista chino. Por ende, un incremento significativo de sus ingresos. Para una empresa con proveedores chinos, esta reapertura también es positiva, porque ya puede operar de manera “normal”. O sea, la situación es mejor para la exportación y para la importación. Estamos hablando de mercancías. Pero también estamos hablando de flujo de personas.
Ahora bien, se trata, al mismo tiempo, de mayores presiones deflacionarias y de mayores presiones inflacionarias. ¿Las materias primas? ¿Y el petróleo? Bueno, esta reapertura es positiva para Latinoamérica, pero incrementa la demanda por las materias primas y el petróleo. Pero es negativa para Europa y los Estados Unidos por lo que esta demanda implica para el precio de estos rubros. En este caso, buenas noticias son malas noticias.
¿China? ¿El petróleo? ¿La Reserva Federal? ¿Cómo se relaciona todo esto con el precio de Bitcoin? Según la narrativa criptolibertaria, la demanda nace de la adopción. Y esta adopción surge por una aspiración pseudo-política.
Esta película supuestamente se desarrolla de esta manera…Tarde o temprano, el ciudadano común realizará al estilo de una epifanía que el dinero fiat es una estafa. Porque, según ciertos circuitos conservadores, la única forma legítima de dinero es el dinero duro. Entonces, lo que en el fondo es simplemente una corriente ideológica, para esta corriente ideológica, esta creencia es en realidad una verdad evidente tan clara como el sol. Bueno, después de esta conversión mística, el converso compra BTC como una forma de emancipación contra la opresión de un sistema dominado por los “progresistas keynesianos”. En consecuencia, el dólar tiene sus días contados. ¿Por qué? Bueno, porque, más temprano que tarde, las personas alcanzarán la iluminación.
Para este bitcoiner idiosincrático, el análisis macroeconómico en el contexto del precio de Bitcoin es un sinsentido. ¿China? ¿El petróleo? ¿La Reserva Federal? No, Bitcoin es libertad. Nos estamos jugando el futuro del mundo. Bitcoin es la salvación. No es una inversión cualquiera. De hecho, no es sobre el dinero. “El precio en realidad no importa”. Y bla, bla, bla. ¿En serio?
Todo esto suena muy bonito. Después de todo, Twitter lo soporta todo. Y todo el mundo puede ser un héroe de la historia ahí. Porque toda utopía es perfecta en un tuit. Y para nadie es un secreto que la utopía libertaria ha conquistado el corazón de muchos bitcoiners. Sin embargo, esta adopción por conversión no ha demostrado su relevancia en la acción del precio. Entonces, para el inversor no idiosincrático, cuyo único objetivo es simplemente crecer financieramente, toda esa palabrería es una pérdida de tiempo. No es cuestión de quimeras y unicornios. Es cuestión de ganar dinero. Es cuestión de no perder dinero. ¿Cuándo se volvió un pecado querer ganar dinero invirtiendo nuestro dinero? ¿Acaso es malo?
Toda la retórica apocalíptica en contra del sistema establecido propone un eventual colapso del dólar y la victoria last de Bitcoin en el contexto de una revolución libertaria. Llega la disaster. Sube el dólar y colapsa Bitcoin. Los hechos nos han revelado que la demanda por adopción ideológica no es tan fuerte para el precio como la demanda por especulación. En la práctica, el precio de Bitcoin se comporta como un activo de riesgo sumamente reasonable a las condiciones macroeconómicas. ¿A quién le creemos? ¿Al dogma o a la evidencia? Las cosas son como son. No como uno quiere que sean.
Aquí tenemos un código en una base de datos descentralizada. Números y letras en una purple de computadores. Así de sencillo. Esto es Bitcoin. Una easy abstracción que funciona como una tasa. Eso. El código representa una tasa. No tiene valor intrínseco. Pero sí tiene valor monetario. El par USD/BTC es lo que comúnmente llamamos (para efectos prácticos) “el precio”. Se compra con dólares. Y, al venderse, se obtienen dólares. Y la mayoría compra hoy esperando ganar dinero con el incremento del precio en el futuro. Porque la demanda es clave para el precio de Bitcoin. Lo que implica que la relación entre el precio de Bitcoin y la liquidez del dólar es sumamente estrecha. ¿A quién le creemos? ¿Al dogma o a la evidencia?
En el mundo de las inversiones, la verdad es una percepción. En otras palabras, la gente puede decir mil cosas sobre Bitcoin. Pero la última palabra la tiene la acción del precio. ¡Bienvenido al libre mercado! ¿Por qué la gente compra BTC? ¿Por qué vende? ¿Cuál es la intención detrás de la compra o la venta? ¿Cómo se usa? ¿Por qué sube el precio? ¿Por qué baja? ¿Cuándo se incrementa la demanda? ¿Cuándo disminuye? Bueno, algo es seguro. Las respuestas no están en los libros de Milton Friedman. Tampoco están entre los económicos de la escuela austriaca. No, las respuestas tampoco están en las viejas narrativas de los escarabajos del oro. Easy. La respuesta yace en la acción del precio. ¿A quién le creemos? ¿Al dogma o a la evidencia?
¡China, bienvenida de nuevo al mundo!
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