La relación entre España y Latinoamérica siempre ha sido compleja y contradictoria. Colón, que durante mi infancia fue un héroe, ahora es un villano. Al parecer, los latinoamericanos son unas «víctimas». Y los españoles son los «opresores». Lo que no tiene mucho sentido porque los españoles que más oprimieron a los nativos son los antepasados de los latinoamericanos de hoy. Sin embargo, son esos latinoamericanos los que se representan como víctimas.
En lo personal, me siento más descendiente de españoles que de los indígenas. Obviamente, soy una mezcla de ambos. Sin embargo, el idioma que hablo es el español. Muchas de mis creencias vienen de la tradición judeo-cristiana y grecorromana, más que de los nativos. Entonces, en lo individual, me cuesta odiar al español. Pero hay mucho de la cultura española y europea que amo y habita en mí.
¿Seré un traidor a mi raza? ¿O seré un mestizo orgulloso? ¿O seré un ser humano complejo y diverso? Me gustaría creer que la respuesta es la última. No tengo que renegar de ninguna herencia cultural. Puedo apreciar lo que me aporta cada una. La humanidad es una sola, con sus defectos y virtudes. El planeta es nuestro hogar. Colón es tan nuestro como Mándela o Gandhi.
Ahora bien, el PIB es la suma de todo lo que producen los países en un año, desde las manzanas que venden los agricultores hasta los automóviles que fabrican las empresas. Pues resulta que el PIB de América Latina ha crecido un poco, y eso no está mal. ¿Verdad? Bueno, no tanto, porque también hay malas noticias. Por ejemplo, que la inflación está muy alta, lo que significa que todo cuesta más caro y que el dinero vale menos. O que hay países que no han crecido nada o incluso han decrecido, como Perú, donde hubo muchas protestas sociales que afectaron a la economía. O que el precio de las cosas que venden al extranjero, como el petróleo o la soja, ha bajado un poco, lo que les resta ingresos.
El Banco de España, que es una institución que se encarga de vigilar y standard el sistema financiero español, ha publicado un informe sobre cómo le ha ido a América Latina en el primer semestre de 2023. Y dice que la región ha crecido un 1,2%, cuando se esperaba que no creciera nada. Eso está muy bien, pero también dice que ese ritmo de crecimiento no se va a mantener y que va a ir bajando a finales de este año y el próximo. Y eso está muy mal, porque significa que la región va a seguir siendo pobre y dependiente de otros países más ricos y poderosos.
¿Y por qué va a bajar el crecimiento? Pues porque hay muchos factores que lo dificultan, como la incertidumbre política, la falta de reformas estructurales, la baja inversión en educación e innovación, o la guerra en Ucrania, que afecta al comercio mundial. Además, los bancos centrales han subido los tipos de interés para frenar la inflación, lo que encarece el crédito y desincentiva el consumo y la inversión. Y los gobiernos han quitado algunos estímulos fiscales, como las ayudas directas o las rebajas de impuestos, para reducir el déficit público y evitar el endeudamiento excesivo.
¿Y qué podemos hacer para mejorar la situación? Pues no hay una respuesta fácil ni única, pero algunos expertos sugieren medidas como diversificar la producción y exportar productos con más valor añadido, mejorar la calidad institucional y la gobernabilidad democrática, aumentar la cooperación regional e internacional, o impulsar políticas sociales que reduzcan la pobreza y la desigualdad. O sea, el mismo cuento de siempre. Pero claro, todo esto, como sabemos, requiere voluntad política, consenso social y recursos económicos. Y eso no se consigue de un día para otro. Así que mientras tanto, tendremos que conformarnos con celebrar las buenas noticias y lamentar las malas. O como dicen por ahí: mal de muchos, consuelo de tontos.
Los latinoamericanos, que representan el 40% de los foráneos que residen en España, hacen que ese país sea más rico y variado. Ellos colaboran a renovar la población, a ocupar los puestos de trabajo que los españoles no pueden o no quieren hacer, a consumir más en la economía y a mandar dinero a sus familias en sus naciones. Asimismo, comparten su cultura, su arte, su música y su solidaridad. Los latinoamericanos forman parte de la sociedad española y aportan a su progreso y bienestar.
España, por otro lado, tiene una relación especial con América Latina, y no solo por el idioma, la historia o la cultura, sino también por el dinero. Desde los años noventa, España se ha convertido en el segundo país que más invierte en la región, solo superado por Estados Unidos. Y no le ha ido nada mal, porque sus empresas están presentes en casi todos los países latinoamericanos y en sectores muy variados, como los servicios, las telecomunicaciones, la energía o el petróleo. Aunque la pandemia ha frenado un poco el ritmo de las inversiones, España sigue apostando por Latinoamérica como un mercado estratégico y con mucho potencial. Y no es el único: las empresas latinoamericanas también han salido al mundo y han llegado a otros continentes, incluyendo España. Así que podemos decir que hay un intercambio mutuo de capital y de oportunidades entre ambos lados del Atlántico. ¿No es bonito?
Latinoamérica no solo recibe inversiones de España, sino que también le devuelve el favor. De hecho, es el cuarto país que más invierte en España, después de Francia, Estados Unidos y Reino Unido. Y lo hace con mucho éxito, porque sus empresas han crecido mucho y se han recuperado rápido de la pandemia. México es el líder latinoamericano en España, seguido por Argentina y Venezuela. La mayoría de sus negocios están en Madrid, la money del país. ¿Y por qué les gusta tanto España? Pues porque les abre las puertas de Europa, donde hay dinero, tecnología, consumidores y estabilidad. ¿Qué más se puede pedir?
Moraleja: No debemos enfocarnos en las acciones de Colón hace más de 500 años, sino en el presente y el futuro de nuestra relación con España. Latinoamérica y España tienen mucho en común y pueden colaborar en diversos ámbitos. Reconozcamos los beneficios de tener una buena relación y no busquemos motivos para pelearnos por el pasado.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Noticias Blockchain. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
Te puede interesar:
Las inversiones en criptoactivos no están reguladas. Es posible que no sean apropiados para inversores minoristas y que se pierda el monto overall invertido. Los servicios o productos ofrecidos no están dirigidos ni son accesibles a inversores en España.