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Desde hace unas semanas, Bitcoin ha estado rockeando. Una caída del 22% desde su pico histórico de $ 109,000 a mediados de enero alimenta las dudas. ¿Es este el final de un ciclo de cuatro años, profundamente arraigado en el ADN del mercado criptográfico, o simplemente una turbulencia simple antes de un nuevo aumento? Los analistas se inclinan hacia la última opción, pero los matices merecen ser explorados.


Una sacudida, no un colapso
Las cifras dan miedo, pero la historia se tranquiliza. Bitcoin ha experimentado correcciones mucho más violentas en sus ciclos anteriores. En 2017, una caída del 40% en dos semanas no impidió que BTC multiplique su precio en seis en un año.
Hoy, la disminución actual se ajusta a una dinámica similar: una «sacudida», es decir, una purga brutal para eliminar posiciones frágiles.
Los indicadores técnicos, aunque bajos a corto plazo, no anulan la tendencia estructural.
El soporte clave entre $ 72,000 y $ 73,000 sigue siendo sólido, según BitFinex. Lo más importante, los ciclos de cuatro años, marcados por halvings (a la mitad de las recompensas mineras), siempre han sido catalizadores alcistas. El último, en abril de 2024, ya ha impulsado el precio en un 31%. La mecánica parece intacta.
Sin embargo, un nuevo elemento está nublando la imagen: la adopción institucional. Los ETF de Bitcoin han inyectado más de $ 125 mil millones, creando una demanda estructural sin precedentes.
Estos flujos, menos sensibles a las emociones de los inversores minoristas, podrían mitigar los choques cíclicos. «El ciclo convencional está deja de existir», algunos analistas se atreven a decir.
Amenazas para el ciclo de bitcoins
Si bien el escenario de un ajuste simple parece creíble, los riesgos persisten. Bitcoin ya no evoluciona en un jarrón cerrado.
Su correlación con el S&P 500 y los rendimientos del Tesoro se ha fortalecido. Un accidente del mercado de valores, impulsado por las tensiones comerciales o un aumento en las tasas de interés, podría arrastrar a BTC con él. Los $ 84,000 recuperados a mediados de marzo no garantizan la inmunidad.
Otra Thorn: Bitcoin’s CAGR (tasa de crecimiento anual compuesta) durante cuatro años se ha desplomado al 8%, un mínimo histórico.
Para Iliya Kalchev de Nexo, esta figura plantea preguntas sobre la sostenibilidad del ciclo de cuatro años. Las instituciones, al absorber una participación cada vez mayor de la oferta, pueden acelerar la maduración del mercado … en detrimento de sus sacudidas históricas.
Finalmente, los choques geopolíticos (guerras comerciales, crisis monetarias) podrían pesar sobre el sentimiento. Si los inversores huyen a los activos tradicionales de refugio seguro, Bitcoin, aún percibido como arriesgado, podría sufrir desconfianza temporal. El «miedo extremo» actualmente, medido por índices de sentimientos, refleja este nerviosismo.
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Fascinado por Bitcoin desde 2017, Evariste ha investigado continuamente el tema. Si bien su interés inicial estaba en el comercio, ahora busca activamente comprender todos los avances centrados en las criptomonedas. Como editor, se esfuerza por ofrecer constantemente trabajos de alta calidad que reflejen el estado del sector en su conjunto.
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