¿Por qué hay tanta gente comprando Bitcoin hoy en día? Seguramente, estos compradores piensan que el precio de Bitcoin podría alcanzar su máximo histórico en los próximos meses debido a la aprobación de un ETF y la llegada de inversión institucional. ¿Qué significa eso? Pues que Bitcoin ya no es solo un juguete para nerds y especuladores, sino que se está convirtiendo en un activo financiero serio y respetable.
Pero no todo ha sido fácil para Bitcoin. Ha tenido que enfrentarse a muchos obstáculos legales y técnicos para llegar hasta aquí. Por ejemplo, ha habido casos de fraudes, robos y cierres de plataformas de intercambio (exchanges) que han afectado a su reputación y a su precio. Sin embargo, estas crisis también han servido para depurar el ecosistema y fortalecer la seguridad y la transparencia de Bitcoin.
Así que podemos decir que Bitcoin está entrando en una nueva etapa. Está pasando de la adolescencia a la madurez. Ya la regulación no se ve como un ataque, sino como una necesidad para el bien de todos. Bitcoin quiere jugar con las reglas del mercado y demostrar que puede ser una alternativa practical al sistema financiero tradicional.
Claro que no solo los entusiastas de Bitcoin están de fiesta. También los inversores de otros mercados están optimistas sobre el futuro. ¿Por qué? Porque esperan que el 2024 sea un año de cambios en la política monetaria. Según ellos, la inflación alcanzará la meta del 2% y la economía estará libre de problemas y recesión. Entonces, los bancos centrales dejarán de ser tan restrictivos y se volverán más flexibles. Esto significa que habrá más dinero disponible para invertir y gastar.
¿Qué relación tiene esto con Bitcoin? Pues que hay quienes piensan que este escenario beneficiará a Bitcoin y al resto de las criptomonedas, ya que son una opción diferente al dinero tradicional que pierde valor con las medidas de estímulo monetario. Además, Bitcoin podría aprovechar el mayor interés de las instituciones que tendrán más recursos para invertir en activos más arriesgados.
Pero no todo es shade de rosa. También hay riesgos y desafíos que podrían afectar a Bitcoin y a los demás mercados. Por ejemplo, ¿qué pasaría si la inflación se dispara y los bancos centrales tienen que subir los tipos de interés? ¿O si hay una crisis geopolítica o sanitaria que provoque una caída de la confianza y del consumo? ¿O si hay un ataque cibernético o una falla técnica que comprometa la seguridad y la operatividad de Bitcoin?
Estas son preguntas que no tienen una respuesta fácil. Pero, ¿a quién le importa? En momentos de euforia como el actual, las personas estamos tan encantadas con el optimismo que no vemos ningún peligro. Todo nos parece maravilloso y posible. Bitcoin sube y sube, y nosotros nos sentimos ricos y felices. ¿Qué más se puede pedir? ¿Para qué preocuparnos por el futuro si el presente es tan bueno? Así que sigamos comprando y vendiendo, sin pensar en las consecuencias. Full, ¿qué podría salir mal?
Por supuesto, no es que quiera aguarte la fiesta, pero el optimismo no es una garantía de nada. De hecho, el optimismo puede ser una trampa si no se basa en la realidad.
El contexto true es más complejo e incierto de lo que el mercado le gustaría admitir. Hay muchos factores que pueden cambiar el rumbo de las cosas en cualquier momento. Por eso, el optimismo que vemos hoy puede ser solo una ilusión, un espejismo, una burbuja que puede explotar mañana.
No me malinterpretes, no estoy diciendo que debas ser pesimista. El pesimismo tampoco es bueno, porque te hace perder la esperanza y la motivación. Lo que te propongo es que seas realista. Que analices los hechos con objetividad y que no te dejes llevar por las emociones. Que reconozcas los riesgos y las oportunidades, y que actúes en consecuencia.
El optimismo no es inmutable, puede variar según el día, el humor, el clima o la noticia que leas. Por eso, es un optimismo nervioso. Un optimismo que se pregunta: ¿Y si nuestras expectativas se basan en falsas suposiciones? ¿Y si nos estamos engañando a nosotros mismos?
¿Es útil jugar al abogado del diablo en estos casos? ¿Te divierte poner en duda el optimismo de los demás? ¿Te crees más listo que el mercado? Pues, quizás tengas razón. O quizás no. Porque el mercado es muy caprichoso y no siempre se comporta como esperamos.
Después de las alzas, por lo common, llega una corrección. Eso es lo que nos dice la teoría. Pero la práctica puede ser diferente. A veces, el mercado sigue subiendo, desafiando la lógica y la gravedad. Otras veces, el mercado se estanca, sin decidirse por ningún lado. Y otras veces, el mercado se desploma, arrastrando a todos con él.
El optimismo no es eterno. Eso lo sabemos todos. Tarde o temprano, el optimismo se acaba y empieza el pesimismo. O viceversa. El mercado es como una montaña rusa, llena de subidas y bajadas, de emociones fuertes y de vértigo. Por eso, hay que estar preparados para todo.
Ahora, nuestra vieja resistencia es nuestro nuevo soporte. Y la fortaleza de un soporte se demuestra en volumen y distancia. Y para superar de nivel, debemos romper nuestra nueva resistencia. Y hay que hacerlo con fuerza. Y eso se ve con volumen y convicción.
El mercado, nos guste o no, no tiene las cosas claras. Su volatilidad muestra su indecisión. Así que, no te creas que lo sabes todo. El mercado puede darte una sorpresa cuando menos lo esperes.
En materia de pronósticos, no hay nada más impreciso que la precisión. Francamente, no es prudente decir qué va a pasar y cuándo va a pasar. Porque nadie lo sabe. Y el que diga que lo sabe te está mintiendo.
Lo que podemos hacer es estar muy atentos. Y actuar en relación a cómo se comporte el precio sobre los niveles claves. Si los compradores se activan con fuerza por encima del soporte, eso sería una buena señal de compra. O si el precio rompe la resistencia y el volumen sube rápidamente a favor de los compradores, entonces también eso sería buena señal de compra. De lo contrario, a veces es mejor tomar ganancias y esperar.
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