Otros han criticado los caprichos de La Haya.
Un gobierno estable es un requisito clave para el crecimiento de las empresas, afirmó Robert-Jan Smits, presidente de la junta ejecutiva de TU/Eindhoven y miembro de la Fundación Brainport que apoya el desarrollo de Eindhoven.
Las empresas “no quieren enfrentarse a una incertidumbre continua, como ocurre actualmente en los Países Bajos, con todo tipo de medidas ad hoc, en materia fiscal [policy]”, dijo Smits en una entrevista.
Laurens Dassen, legislador holandés del partido proeuropeo Volt, dijo que los formuladores de políticas también fueron miopes al canalizar dinero de un “Fondo de Crecimiento Nacional” de 20 mil millones de euros destinado a proyectos para impulsar el crecimiento a largo plazo.
«Estás sacrificando tus inversiones a largo plazo, tu capacidad de ganancias futuras, por diversión a corto plazo para el contribuyente», dijo.
Cambiando la guardia
A las preocupaciones se suma el hecho de que el primer ministro Mark Rutte está a punto de dimitir. A Rutte (él mismo gerente de Unilever hasta principios de la década de 2000) se le atribuye estar abierto a algunas de las preocupaciones expresadas por las grandes empresas, como la abolición del impuesto a los dividendos.