Según informes, Cuba ha prohibido a sus pequeñas empresas utilizar cuentas bancarias estadounidenses, apenas unas semanas después de que la administración Biden permitiera a los cubanos utilizar el sistema bancario.
La decisión de La Habana llega en un momento en que el país atraviesa su peor crisis económica desde el colapso de la Unión Soviética y está lidiando con una inflación que alcanzó el 31% el año pasado, informó Bloomberg el viernes (26 de julio).
Cuba pretende mantener los dólares dentro del país, según el informe.
Ahora, el gobierno dice que todos los pagos a proveedores internacionales deben realizarse a través de bancos locales, informó Bloomberg
Esta medida es parte de una ofensiva más amplia del gobierno cubano contra el sector privado, según el informe.
Cuba comenzó a permitir el establecimiento de pequeñas y medianas empresas (PYMES) en 2021, y desde entonces se han formado más de 11.000 de esas empresas, según el informe.
Los empresarios entrevistados por Bloomberg dijeron que muchas pequeñas empresas necesitan cuentas offshore porque no pueden conseguir divisas en el mercado local y que algunos creen que el gobierno quiere expulsarlas del negocio.
La administración Biden anunció en mayo las nuevas regulaciones que permiten a los empresarios en Cuba abrir cuentas bancarias en Estados Unidos, con el objetivo de apoyar al creciente sector privado del país, informó entonces el New York Times.
Esta fue la primera vez que a empresarios cubanos se les permitió abrir cuentas bancarias en Estados Unidos en medio del prolongado embargo que Estados Unidos ha impuesto al país, según el informe.
Al anunciar las regulaciones enmendadas en mayo, el Departamento del Tesoro dijo en un comunicado de prensa: “Estas enmiendas regulatorias actualizan y aclaran las autorizaciones en apoyo de los servicios basados en Internet para promover la libertad en Internet en Cuba, apoyar a los empresarios cubanos independientes del sector privado y ampliar el acceso a ciertos servicios financieros para el pueblo cubano”.
En un intento anterior por abordar los efectos de la crisis económica de Cuba, el Banco Central de Cuba emitió en agosto regulaciones que pusieron un límite de 5.000 pesos a las transacciones en efectivo entre empresas estatales y privadas y prohibieron a esas organizaciones utilizar cajeros automáticos.
Estas medidas tenían como objetivo fomentar el uso de una forma electrónica de pago, haciendo frente a la inflación galopante y a la gran economía informal que se ha desarrollado en medio de la crisis económica del país.