Tanto en política como en criptografía, existe una regla: esperar lo inesperado. Entonces, ¿qué obtienes cuando unen fuerzas? Un cóctel caótico donde los votos y las monedas virtuales vuelan más rápido de lo que se puede decir «gobierno blockchain».
En una elección reciente basada en blockchain, la micronación de Liberland en Europa del Este ha elegido al criptoempresario Justin Sun como Presidente de su Congreso. A continuación, el presidente de Liberland, Vít Jedlička, nominó a Sun para ocupar el cargo de Primer Ministro en funciones. Sun, una figura muy conocida en el mundo de las criptomonedas y fundador de la red blockchain Tron, ocupa ahora dos puestos clave en este autoproclamado estado libertario.
Bajo el liderazgo del presidente de Liberland, Vít Jedlička, varias figuras destacadas han sido elegidas para el Congreso de Liberland. Entre ellos se encuentran el empresario tecnológico indio Evan Luthra, la periodista Jillian Godsil, Dorian Jakov Stern Vukotic (el primero en ingresar a Liberland en 2023 y líder tecnológico del equipo blockchain de Liberland), el defensor de Bitcoin Navid Saberin y el licenciado en derecho Michal Ptáčník.
Justin Sun es una figura controvertida
El empresario chino ha ganado notoriedad por su carácter franco y su participación en diversas controversias. La Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) presentó una demanda contra Sun y sus empresas por presunto fraude de valores, alegando que manipularon el precio de los tokens de Tron y conspiraron para distribuir miles de millones de criptoactivos mientras inflaban artificialmente los volúmenes comerciales para atraer inversores.
Sin embargo, el presidente de Liberland, Vít Jedlička, sostiene que la experiencia en blockchain de Sun se alinea con la misión del país de aprovechar la tecnología descentralizada.
¿Cuál es la historia de Liberland?
Liberland es una micronación libertaria autoproclamada fundada en 2015 por el ex político checo Vít Jedlička, quien se desempeña como su presidente. Situada en la orilla occidental del río Danubio, entre Croacia y Serbia, Liberland cubre sólo 7 kilómetros cuadrados (2,7 millas cuadradas), una mera partícula en comparación con La ciudad de Nueva York, que es 112 veces más grande.
Este territorio surgió como zona en disputa tras la desintegración de Yugoslavia y no es reclamado ni por Croacia ni por Serbia. Organizado en torno a principios libertarios, Liberland no cuenta con servicio militar obligatorio ni impuestos. Sin embargo, el país sigue sin ser reconocido por las Naciones Unidas, lo que plantea dudas sobre su legitimidad.