No todos los días el director ejecutivo de un importante intercambio de criptomonedas y un crítico vocal de Bitcoin se encuentran en un tira y afloja, pero aquí estamos. Brian Armstrong, director de Coinbase, señaló recientemente un problema que es a la vez una bendición y una maldición para la industria de la criptografía: el gran volumen de nuevos tokens que se crean.
Con alrededor de 1 millón de tokens apareciendo cada semana, Armstrong argumentó que el sistema actual de evaluar cada uno individualmente ya no es factible.
En cambio, sugirió un cambio de una «lista de permitidos» a una «lista de bloqueo», basándose en las opiniones de los clientes y los escaneos automatizados de datos en cadena para ayudar a los usuarios a filtrar el ruido. También insinuó una integración más profunda con los intercambios descentralizados (DEX), con el objetivo de que la experiencia comercial sea fluida, independientemente de si ocurre en una plataforma centralizada o descentralizada.
¿Prueba de trabajo? Nada más que un agujero en el suelo
Ingrese Peter Schiff, el defensor del oro y escéptico de las criptomonedas que nunca pierde la oportunidad de cuestionar el valor de los activos digitales. La respuesta de Schiff a los comentarios de Armstrong fue característicamente contundente.
Se centró en la idea de «oferta limitada», una piedra angular de la propuesta de valor de Bitcoin, y la puso en duda. Con tantos tokens inundando el mercado, Schiff argumentó que la tasa de inflación de los activos digitales está efectivamente «fuera de serie».
Sin embargo, no se detuvo ahí y apuntó al mecanismo de prueba de trabajo de Bitcoin, el proceso mediante el cual se crean nuevas monedas y se verifican las transacciones. Para él, la prueba de trabajo es un concepto erróneo.
Schiff lo comparó con gastar 10.000 dólares para cavar un hoyo y luego volver a llenarlo: se gasta energía, pero no se crea nada de valor. Mientras que los entusiastas de Bitcoin a menudo promocionan el proceso que consume mucha energía como una característica, los defensores del oro lo ven como un error.
La energía se consume, sí, pero no se almacena ni se transforma en nada útil. Bitcoin, argumentó, no es una batería; no contiene energía que pueda aprovecharse más tarde.