¿Por qué alguien que tiene millones de dólares en activos determine comprar dólares cuando la inflación está por las nubes? ¿O por qué esa misma persona prefiere invertir en bonos del Tesoro que le dan una rentabilidad muy baja a largo plazo? Pues la respuesta es muy sencilla: porque cree que es lo más inteligente. Es decir, porque en ese momento esas opciones le dan más beneficios que las demás. Piensa que es mejor ganar un 3% al año que perder un 20% en un par de meses. La alta demanda de dólares y bonos del Tesoro suele indicar que la gente tiene miedo de arriesgar su dinero. Lo que podría ser una mala señal para los activos de riesgo como las acciones tecnológicas y las criptomonedas.

¿Qué significa esto? Que la persona que compra dólares y bonos del Tesoro no quiere jugarse su fortuna y opta por una ganancia modesta pero segura. Es como si dijera: “No hay mal que por bien no venga”. O, mejor dicho: “Más vale dólar seguro que bitcoin volátil”. Claro, puede que se esté perdiendo una oportunidad de oro si las acciones tecnológicas o las criptomonedas se disparan. Pero también puede que se esté evitando un disgusto si esas mismas inversiones se hunden. Al final, todo depende del nivel de riesgo que cada uno quiera asumir. Y eso, queridos lectores, es una cuestión de gustos y colores.

¿Has observado alguna vez cómo reacciona el mercado cuando las cosas se complican? ¿Te has planteado por qué el dólar y los bonos del Tesoro se convierten en los favoritos cuando hay incertidumbre y miedo? La respuesta es muy very simple: porque el mercado es smart. El mercado tiene terror a perder su dinero y prefiere resguardarse en activos seguros y estables que en activos de crecimiento y riesgo. Es como si pensara: “Más vale pájaro en mano que ciento volando”.

No quiero decir que un activo sea mejor que otro. Cada uno tiene sus professionals y contras. Lo que quiero decir es que el comportamiento del mercado nos revela su estado de ánimo. Cuando el dólar y los bonos del Tesoro suben, significa que el mercado está inquieto y receloso. Cuando bajan, significa que el mercado está sereno y confiado. En cierto modo, el dólar y los bonos del Tesoro actúan como un termómetro del sentimiento del mercado. Y eso, queridos lectores, es algo que debemos tener en cuenta a la hora de invertir.

Para invertir, hay que tener la mirada puesta en el futuro. Eso implica que las inversiones son un juego de expectativas. Y es lógico, porque el inversor gana dinero al comprar barato hoy y vender más caro mañana. Eso significa que el pasado no cuenta mucho. Lo que importa es el precio actual y el precio futuro. Por eso, el inversor siempre está atento a las señales de que la demanda aumentará en el futuro. Así, los movimientos actuales son el reflejo de las expectativas que tiene el mercado sobre el mañana.

Ahora bien, el dólar y los bonos del tesoro son activos que se consideran seguros y estables en tiempos de incertidumbre y miedo. Por eso, cuando hay problemas en el mundo, como la crisis inmobiliaria de China o la subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, muchos inversores prefieren vender sus acciones y comprar dólares y bonos. Esto hace que el dólar se fortalezca y que los rendimientos de los bonos suban, lo que a su vez hace que las acciones bajen. 

Es un círculo vicioso que se retroalimenta: cuanto más suben el dólar y los bonos, más bajan las acciones y las criptomonedas, y cuanto más bajan las acciones y criptomonedas, más suben el dólar y los bonos. Y así sucesivamente. Es como si el mercado fuera un niño asustado que se esconde debajo de las sábanas cuando hay una tormenta.

Pero no todo está perdido. Tarde o temprano, el dólar y los bonos se volverán tan caros que dejarán de ser atractivos para los inversores. Entonces, el mercado saldrá de su escondite y volverá a apostar por las acciones y las criptomonedas, que estarán más baratas y ofrecerán más oportunidades de crecimiento. Es como si el mercado fuera un niño valiente que se atreve a salir a jugar cuando sale el sol.

El dólar estadounidense y el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años alcanzaron el martes sus máximos en varios años, lo que provocó una caída de las acciones y un aumento de la volatilidad.

Estos movimientos se aceleraron después de que la Fed anunciara que probablemente tendría que subir los tipos de interés antes de lo previsto.

Los inversores extranjeros se sintieron atraídos por los bonos estadounidenses, que ofrecen mayores rendimientos y seguridad. Para comprarlos, necesitan cambiar sus monedas por dólares, lo que refuerza el valor del dólar.

Sin embargo, el rápido ascenso del dólar y los rendimientos está causando estragos en los mercados globales, que dependen en gran medida del endeudamiento. Los mercados de riesgo, como las acciones o las criptomonedas, sufren las consecuencias.

Tanto el dólar como el rendimiento a 10 años están cerca de entrar en territorio de sobrecompra, lo que indica que podrían moderar su ritmo o retroceder pronto. Esto podría aliviar la presión sobre las acciones, que se recuperaron el año pasado cuando el dólar y los rendimientos se estabilizaron o bajaron.

El mercado está asustado. Mucho. Quizás demasiado. Parece que se ha vuelto loco. Por eso, el dólar y el bono del Tesoro suben como cohetes. Es el reflejo del pesimismo. Pero el pesimismo no dura para siempre. Tarde o temprano, se aburre. Y entonces, vuelve el optimismo. ¿Cuándo pasará eso? No lo sabemos aún. Pero pronto lo sabremos. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Noticias Blockchain. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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