En tiempos de tanta volatilidad e incertidumbre, no es fácil encontrar el momento ideal para comprar (o vender). Las fluctuaciones son muchas. Y no es sencillo realizar valoraciones en condiciones tan inestables. Los analistas dicen que el precio va a subir. Luego, el precio baja. Los analistas dicen que el precio va a bajar. Luego, los precios suben. Esto parece un barco a la deriva. Sin timón, ni rumbo fijo. De hecho, el mercado es tan cambiante que no es raro que todos los pronósticos fallen. ¿Qué es “barato”? ¿Que es “caro”? ¿Cuándo entrar? ¿Cuándo salir?
En condiciones normales, el inversor compra “barato”. Espera un tiempo. Y, luego, vende “caro”. Claro que esto requiere una valoración y requiere una expectativa. En el caso de un activo productivo, la valoración normalmente se basa en los activos subyacentes y en los ingresos. De este modo, se puede estimar el valor intrínseco del activo. Lo que, después, se compara con el precio del mercado. Si el valor intrínseco del activo es superior a su precio, tenemos una oportunidad. También hay que tomar en cuenta, por supuesto, los ingresos y el porcentaje de esos ingresos en relación a los activos.
Supongamos ahora que estamos hablando de una granja. Esa granja tiene un terreno, una infraestructura y una maquinaria. Adicionalmente, esa granja es productiva. Lo que quiere decir que vende productos y servicios que se transforman en ingresos. Digamos que la granja se cotiza en 100 mil dólares. Y produce ganancias de 10 mil dólares al año por ventas. Sin embargo, el terreno, la infraestructura y la máquina por separado suman en valor un total de 150 mil dólares. ¿Es negocio comprar la granja?
En teoría, el asunto sí aparenta ser un buen negocio. De hecho, se podría decir que la granja se encuentra en descuento. Sin embargo, el asunto deja de ser un buen negocio en el caso de haber otras granjas en mejores condiciones y a mejores precios.
Ahora bien, en el caso de los activos no productivos, la realización de valoraciones es más difícil. Y se torna mucho más difícil en mercados fragmentados y de escasa liquidez. Sobre todo, es difícil para mercados con una demanda tan temperamental y sensible como la demanda de Bitcoin. Todo se reduce a la oferta y demanda. Con Bitcoin, no hay activos subyacentes. No hay ingresos ni ventas. Lo que se tiene es un código. Y lo que alguien está dispuesto a pagar por ese código. Por supuesto, el precio de Bitcoin es sumamente inestable. Y esa volatilidad, en gran medida, surge de las dudas en cuanto a la valoración.
La mayoría de los inversores realizan sus pronósticos antes de comprar. Y usan estos pronósticos para identificar el momento ideal para comprar o vender. ¿Cuál es el problema? En primer lugar, no todos los inversores son unos expertos en el complejo arte de pronosticar. En segundo lugar, pronosticar con efectividad es muy difícil. En tercer lugar, los pronósticos tienden a fallar bastante. En cuarto lugar, no todos los inversores saben gestionar el riesgo para cuando los pronósticos fallan. En resumen, es casi imposible cronometrar el mercado. Muchos piensan que sí pueden cronometrar el mercado. Pero la verdad es que muy pocos son tan afortunados.
La estrategia “dollar cost averaging” se convierte en una opción para los que no quieren cronometrar un mercado tan volátil e impredecible como el mercado Bitcoin. La idea consiste en ir comprando gradualmente en montos fijos y en intervalos fijos. De este modo, ir consolidando un precio de compra promedio.
Por ejemplo, digamos que todos los viernes se apartan $50 y, con esos $50, se compra BTC al precio del mercado. El precio sube. El precio baja. Sin embargo, el inversor sigue, (religiosamente) comprando los mismos $50 todos los viernes. Con esta estrategia, no pensamos en lo “barato” o “caro” de Bitcoin. No se trata de identificar el fondo para comprar. Y no se trata de identificar la cima para vender. El inversor sigue (religiosamente) comprando un monto fijo en intervalos fijos.
Con el tiempo, se va formando un precio de compra promedio. Si el precio sube, lo ya comprado nos hace crecer. Si el precio baja, la caída se convierte en una oportunidad de comprar a un mejor precio. Esta estrategia es particularmente efectiva durante un largo y doloroso ciclo bajista. Durante un ciclo bajista, la tendencia es bajista. Esto implica que las probabilidades se inclinan a favor de los bajistas. Y eso significa que, durante un ciclo bajista, tendremos más oportunidades de aprovechar los descuentos.
Claro que no podemos confundir la estrategia “dollar cost averaging” con la práctica de “comprar la caída”. “Comprar la caída” es una excelente práctica durante un boom alcista y al comienzo de una recuperación. Sin embargo, es una pésima idea al final de un ciclo alcista y al comienzo de un ciclo bajista. El error de Bukele, por ejemplo.
La estrategia “dollar cost averaging” es diferente a la práctica de comprar la caída. Comprar la caída al comienzo de un ciclo bajista es sinónimo de comprar caro y tarde. Las personas comprando en montos fijos en intervalos fijos, en efecto, compran la caída. Pero también promedian esa caída comprando la siguiente. En contraste, para el comprador de la caída tradicional, la siguiente caída se convierte en una pérdida (realizada o no).
Esto de “promediar” no es tan rentable como comprar el mínimo y vender el máximo. Pero identificar el mínimo e identificar el máximo no es cosa fácil. No es para todo el mundo. Promediar, sin embargo, es bastante simple. Lo que se requiere es paciencia, organización y rutina. No se requieren grandes capitales. Solo se requiere un monto acorde a nuestras posibilidades. Pero puede ofrecer rentabilidad a largo plazo con menores riesgos.
Esta es una estrategia ideal para los más nuevos e inexpertos. Sin embargo, también funciona de maravilla para los más duchos. Mi intención aquí no es realizar una presentación detallada de la estrategia. Mi intención aquí es introducir su existencia. El lector puede indagar más por su lado. Pero ya sabe que se trata de una opción digna de consideración. No es una opción perfecta. Ciertamente, la opción cuenta con ventajas y desventajas. Sin embargo, es una estrategia especialmente diseñada para navegar los altibajos del precio promediando. Reduce un poco las ganancias, pero minimiza bastante los riesgos. No es una estrategia para todo el mundo. Pero sí es una estrategia muy buena para muchos.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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