Se ha abierto en Francia un importante juicio por fraude que involucra inversiones en criptomonedas y diamantes, que ha llevado a más de 20 acusados ante los tribunales por defraudar a 1.300 personas y a varios clubes de fútbol de primer nivel. Según medios locales, el proceso comenzó el 21 de octubre en un centro de conferencias en Nancy, este de Francia, debido al gran número de demandantes involucrados.
Se alega que los acusados orquestaron un plan complejo entre 2016 y 2018 que robó aproximadamente 28 millones de euros (30 millones de dólares) a las víctimas. La operación implicó la creación de sitios web fraudulentos que ofrecían oportunidades de inversión en diamantes y criptomonedas, atrayendo a inversores con promesas de altos rendimientos anuales. Según se informa, una persona perdió 400.000 euros después de invertir en lo que se describió como un “plan de ahorro de diamantes”.
Según Barron, el fraude se extendió más allá de los inversores individuales a una docena de clubes de fútbol profesionales. Los acusados supuestamente se hicieron pasar por agentes de jugadores y se pusieron en contacto con los clubes para informarles sobre los cambios en los datos bancarios de los jugadores. A continuación, los clubes recibieron instrucciones de redirigir los salarios a nuevas cuentas controladas por los estafadores. Clubes como Sochaux, Angers y Toulouse fueron víctimas de esta táctica y perdieron en conjunto alrededor de 60.000 euros.
La escala de la operación fue extensa e involucró 199 cuentas bancarias abiertas en 19 países para facilitar el movimiento de fondos. En el juicio están representadas unas 850 víctimas, algunas de las cuales invirtieron una parte importante de sus ahorros o incluso solicitaron préstamos para participar en las supuestas oportunidades de inversión. El caso ha sido bautizado como “tarjeta roja” debido a la implicación de clubes de fútbol entre los demandantes.
Como informó la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación en Justicia Penal en 2018, los estafadores emplearon métodos sofisticados para ejecutar su plan. Se acercaron a las víctimas expresando interés en adquirir negocios comerciales y generar confianza antes de convencerlas de que instalaran billeteras criptográficas. Una vez instaladas las billeteras, los sospechosos supuestamente robaron los fondos. El uso de criptomonedas permitió transferencias transfronterizas rápidas y difíciles de rastrear, lo que complicó los esfuerzos de las autoridades para rastrear el flujo de dinero.
El proceso judicial durará cuatro semanas y 22 acusados enfrentarán cargos que van desde conspiración criminal hasta fraude cometido en una pandilla. Unas 12 personas están acusadas de permitir que sus identidades abran cuentas bancarias para transferencias de fondos, mientras que otras están acusadas de actividades como la creación de sitios web falsos o la adquisición de diamantes falsificados. Tres acusados están siendo juzgados en ausencia porque siguen en libertad.
Las autoridades han recuperado 2,8 millones de euros, que pueden utilizarse para compensar a las víctimas. Según Barron’s, el bufete de abogados Colman, que representa a aproximadamente 100 demandantes, afirmó que el juicio representa una postura firme contra el fraude financiero internacional. Los inversores afectados por el plan provienen de varios países, lo que destaca la naturaleza transnacional de la operación y los desafíos que enfrentan en la lucha contra tales delitos.