La última década ha sido testigo de un aumento sin precedentes en los valores de las criptomonedas, lo que ha provocado importantes inversiones en monedas digitales. Estos elementos avanzados de las finanzas modernas, respaldados por tecnologías innovadoras como blockchain, han captado el interés de diversos inversores en todo el mundo. Sin embargo, en medio de esta fiebre del oro electronic, un aspecto preocupante acecha en las sombras: el costo ambiental de la minería de criptomonedas, particularmente Bitcoin.
Hallazgos recientes de científicos de las Naciones Unidas subrayan las importantes huellas ambientales asociadas con estas maravillas tecnológicas, destacando la necesidad urgente de reformas regulatorias y tecnológicas.
Comprender el aumento de las criptomonedas
Las criptomonedas han revolucionado las tendencias de inversión durante la última década. Ha atraído a una mezcla ecléctica de partes interesadas, desde gigantes corporativos hasta entusiastas individuales de la tecnología, e incluso entidades que operan al margen de la legalidad. Su integración en el panorama financiero international dice mucho sobre su potencial, generando debates sobre las monedas digitales que eclipsan a las potencias monetarias tradicionales.
Sin embargo, al igual que en la época pasada de la fiebre del oro, este frenesí de las monedas digitales trae consigo importantes repercusiones ambientales. El proceso de extracción de criptomonedas, especialmente Bitcoin, consume mucha energía. La minería de Bitcoin ha generado críticas y preocupación por parte de los ambientalistas y ha provocado debates entre inversores y formuladores de políticas por igual.
El lado oscuro de la minería de bitcoins
Un nuevo estudio encabezado por el profesor Kaveh Madani del Instituto Universitario de las Naciones Unidas para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud (UNU-INWEH) profundizó en los impactos ambientales de la minería de Bitcoin. Al examinar las actividades en 76 países en el período 2020-2021, la investigación reveló consecuencias ambientales sorprendentes, incluidas considerables huellas de carbono, agua y tierra.
«Las innovaciones tecnológicas a menudo tienen consecuencias no deseadas, y Bitcoin no es una excepción», comentó el profesor Madani. Hizo hincapié en las implicaciones de los hallazgos para las futuras políticas de moneda digital y las iniciativas de sostenibilidad ambiental.
El medio ambiente y la minería de bitcoins
La minería de Bitcoin consumió a nivel mundial 173,42 teravatios hora de electricidad durante 2020-2021, lo que coloca el hipotético consumo de energía de Bitcoin por encima de naciones como Pakistán.
La huella de carbono asociada equivalía a la quema de 84 mil millones de libras de carbón o al funcionamiento de 190 centrales eléctricas alimentadas con fuel. Para mitigar este impacto ambiental sería necesario plantar 3.900 millones de árboles. Incluso si fuera posible, esto cubriría un área comparable a países enteros.
Además, los recursos hídricos y terrestres afectados por las actividades mineras de Bitcoin durante esta fase fueron enormes. La huella hídrica por sí sola fue análoga a llenar más de 660.000 piscinas olímpicas, lo que pone de minimize la escala de recursos ambientales que las operaciones de criptomonedas pueden agotar.
El enigma energético de Bitcoin
Al profundizar en las fuentes de energía que sustentan las operaciones de Bitcoin, el informe descubrió una gran dependencia de los combustibles fósiles, con el carbón y el fuel pure a la cabeza. Aunque la energía hidroeléctrica, un importante contribuyente a las energías renovables, satisfizo una parte de las demandas energéticas de Bitcoin, su impacto ambiental fue sustancial.
Además, otras energías renovables como la solar y la eólica constituyeron una proporción mínima del consumo de energía de Bitcoin. Este hecho por sí solo plantea dudas sobre la sostenibilidad de la crimson.
Particularmente sorprendente fue el dominio de China en el ámbito de la minería de Bitcoin, que requirió una reforestación masiva para compensar las emisiones de carbono de sus operaciones centradas en el carbón. Esta revelación subraya las disparidades ambientales y los desafíos que enfrentan las diferentes naciones, lo que refleja la compleja interacción del avance tecnológico, el consumo de energía y la gestión ambiental.
Un llamado a prácticas sustentables
Los autores del estudio, incluido el Dr. Sanaz Chamanara, destacaron los diversos impactos ambientales de la minería de Bitcoin en todos los países. Sugieren un enfoque matizado para comprender y abordar estas consecuencias. Los conocimientos adquiridos exigen intervenciones integrales, desde la supervisión gubernamental hasta las inversiones en monedas digitales ambientalmente eficientes.
«Es critical considerar las implicaciones de equidad y justicia de la minería de Bitcoin», afirmó el profesor Madani.
Madani destaca el marcado contraste entre las entidades que cosechan los beneficios y aquellas que soportarán los costos ambientales. Esta dicotomía sirve como un llamado de atención para armonizar el crecimiento del sector de la moneda electronic con los principios de justicia ambiental y sostenibilidad.
El informe de la ONU allana el camino para una reevaluación crítica de las políticas ambientales de la industria de las criptomonedas. Se insta a las partes interesadas a considerar los impactos ecológicos y sociales más amplios.
A medida que las monedas digitales continúan dando forma al futuro financiero, la necesidad de un enfoque equilibrado y sostenible se vuelve cada vez más imperativa. La respuesta de la comunidad worldwide no sólo influirá en la trayectoria del mercado de las criptomonedas, sino que también definirá el legado de la gestión ambiental de nuestra generación.
El estudio completo fue publicado en la revista El futuro de la Tierra.
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