El prestamista Silvergate Funds, conocido por ser amigable con las criptomonedas, atraviesa un difícil momento que según Konstantin Shulga, director ejecutivo de Finery Marketplaces, «definitivamente no es bueno para la criptoindustria». Luego de sus vínculos con el fallido criptointercambio FTX, Silvergate anunció planes para relajarse operaciones y liquidar voluntariamente, lo que impactó en su reputación y llevó a varios clientes institucionales, como Coinbase Worldwide y Galaxy Digital, a abandonar la entidad. Silvergate también descontinuará Silvergate Exchange Community, su plataforma de criptopagos, que se implementó en 2018 para permitir transferencias instantáneas y se había convertido en uno de sus principales conductores de crecimiento. La acción de Silvergate, que llegó a valer 200 dólares a finales de 2021, ahora cotiza en menos de 3 dólares. Shulga señala que el caso de Silvergate es especial «ya que el banco perdió dinero no al hacer préstamos riesgosos sobreapalancados contra garantías criptográficas, sino al hacer operaciones bancarias regulares». Esta situación podría significar un movimiento de la criptografía fuera de EE. UU. en busca de un marco regulatorio más completo y de relaciones bancarias de mayor calidad para las criptoempresas. A pesar de esto, se espera que la comunidad criptográfica sea resistente y busque alternativas para el pago.
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¿Qué significa el cierre de Silvergate para la criptoindustria? (Bolsa de Nueva York: SI)
Silvergate Funds, el banco que tenía vínculos con el fallido criptointercambio FTX de Sam Bankman-Fried, se está desmoronando y ha revelado planes para relajarse operaciones y liquidar voluntariamente. Esto ha llevado a un éxodo entre sus clientes institucionales, incluidos Coinbase International y Galaxy Electronic. La empresa de 35 años con sede en San Diego ha visto a sus clientes apresurarse a retirar dinero del banco después del colapso de FTX y su empresa comercial hermana Alameda Investigation. El caso de Silvergate es especial ya que el banco perdió dinero no al hacer préstamos riesgosos sobreapalancados contra garantías criptográficas, sino al hacer operaciones bancarias regulares. Esto podría significar potencialmente una cierta tendencia a que la criptografía se mueva fuera de los EE. UU. Si bien se esperan efectos «drásticos» en el espacio criptográfico por la caída de Silvergate, se espera un resurgimiento de las cenizas y se buscará carriles de pago alternativos.