Ciertamente, hubo un tiempo antes de ChatGPT en el que el mundo de la tecnología hablaba de algo completamente diferente. ¿Recuerdas el metaverso? Durante un tiempo, dominó las noticias sobre un mundo totalmente nuevo. Un mundo de realidad virtual que sería tan inmersivo, tan atractivo, que querríamos pasar parte de nuestras vidas en él. Mark Zuckerberg impulsó esta narrativa: “La cualidad definitoria del metaverso será una sensación de presencia”, dijo el jefe de Meta al anunciar el cambio.
Debemos recordar que, en el mundo de la tecnología, la necesidad de recaudar dinero es muy alta. Y, debido a eso, las campañas promocionales son el pan nuestro de todos los días. Siempre se habla del futuro en un tono autoritario. Pero es marketing and advertising. Eso crea un falso sentido de certeza. Se dice que el futuro será así, que el futuro será asá, pero en realidad nadie sabe el futuro. Eso es importante recordarlo. No podemos confundir una aspiración como la realidad futura.
“Sentirse verdaderamente presente con otra persona es el sueño supremo de la tecnología social. Es por eso que estamos enfocados en construir esto”, afirmó entonces Zuckerberg. “En el metaverso podrás hacer casi cualquier cosa que puedas imaginar”, agregó.
Nadie podría acusar a Zuckerberg de falta de ambición. Pero casi dos años después, la visión de Zuckerberg del metaverso está en problemas. El mundo es otro. Ahora todo gira en torno a la inteligencia synthetic. Ahora lo que está de moda es la inteligencia synthetic, esa tecnología que permite a las máquinas aprender y hacer cosas increíbles. Mientras Zuckerberg se obsesionaba con el metaverso, la inteligencia artificial avanzaba a pasos agigantados. Ahora hay aplicaciones que pueden reconocer tu voz, tu cara, tu estado de ánimo y hasta tus gustos musicales. También hay robots que pueden bailar, pintar, cocinar y hasta hacer chistes. ¿Para qué necesitamos ahora el metaverso?
¿Qué es el metaverso? Según Mark Zuckerberg, el fundador y director ejecutivo de Meta (antes conocida como Fb), es una realidad digital donde podremos vivir, trabajar y socializar con otras personas, sin importar dónde estemos físicamente. Suena muy bien, ¿verdad? Pues no te emociones demasiado, porque el metaverso de Zuckerberg está muy lejos de ser una realidad.
Zuckerberg lleva años obsesionado con el metaverso. Desde que compró la empresa de realidad virtual Oculus en 2014 por $2,000 millones, ha invertido miles de millones más en desarrollar esta tecnología. Sin embargo, los resultados han sido decepcionantes. Los cascos de realidad digital de Meta son caros, incómodos y poco prácticos. Los juegos y aplicaciones que ofrece son aburridos, limitados y poco atractivos. Y lo peor de todo: nadie parece querer usarlos.
Meta tiene más de 3,000 millones de usuarios en sus redes sociales como Facebook, Instagram y WhatsApp. Pero su división de realidad virtual y aumentada, llamada Fact Labs, apenas tiene unos pocos cientos de miles. Y eso contando a los que solo prueban los cascos por curiosidad y luego los dejan olvidados en un cajón. La realidad es que la mayoría de la gente prefiere seguir usando sus teléfonos inteligentes, sus computadoras o sus consolas de videojuegos para comunicarse, entretenerse o trabajar.
Meta tiene un gran problema: para usar sus productos (Facebook, WhatsApp e Instagram) hay que pasar por Apple o Google. Ellos son los guardianes de todas las puertas. Eso coloca a Meta en una situación de vulnerabilidad. Los usuarios ahora dependen mucho de los teléfonos inteligentes para todo. Y la App Retailer y Engage in Retailer tienen las llaves del reino. Claro que, si todos cambiamos nuestros teléfonos inteligentes por unos cascos de realidad digital, Meta tendrá las llaves del reino y el reino. ¿Cuál es el problema? Todos estamos muy acostumbrados a nuestros teléfonos.
Imagina que tienes que dejar tu teléfono por un casco. ¿Cómo vas a hacer selfies? ¿Cómo vas a enviar emojis? ¿Cómo vas a ver los memes? ¿Cómo vas a llamar a tu abuela? ¿Cómo vas a pedir una pizza? ¿Cómo vas a jugar al Candy Crush? ¿Cómo vas a vivir sin tu teléfono? Todo eso sería posible, pero aún es difícil de visualizar.
Meta quiere que vivas en su metaverso, un mundo digital donde puedes hacer lo que quieras. Pero, ¿estás dispuesto a hacer ese cambio? ¿O prefieres seguir usando tu teléfono como siempre?
Claro que Zuckerberg no se rinde. Está convencido de que el metaverso es el futuro de la humanidad y que su empresa debe liderarlo. Por eso cambió el nombre de Fb a Meta, para reflejar su nueva misión. Y por eso sigue gastando dinero a manos llenas en esta aventura, sin importarle las pérdidas millonarias que genera. Según sus propias palabras, está invirtiendo en el largo plazo, y cree que el metaverso será tan importante como online.
Sin embargo, no todos comparten su visión. Muchos expertos, analistas e inversores se preguntan si Zuckerberg no está cometiendo un grave mistake estratégico al apostar por una tecnología que todavía no está madura ni tiene demanda. También se cuestionan si no está descuidando sus negocios actuales, que son los que le dan beneficios y le permiten financiar sus experimentos. Y, sobre todo, se inquietan por las implicaciones éticas, sociales y legales de crear un mundo digital donde Meta tenga el control absoluto.
El metaverso puede ser un sueño para Zuckerberg, pero puede ser una pesadilla para el resto del mundo. Un mundo donde nuestra privacidad, nuestra identidad y nuestra libertad estén en riesgo. Un mundo donde dependamos de una sola empresa para acceder a la información, la educación y el ocio. Un mundo donde no sepamos distinguir entre lo actual y lo virtual.
¿De verdad queremos vivir en ese mundo? ¿O preferimos seguir disfrutando de la vida real, con sus defectos y sus virtudes?
En el mundo de la tecnología, la inteligencia artificial es la estrella del momento, eclipsando incluso al metaverso. Aunque el metaverso period una idea brillante, ahora parece que muchos lo han dejado en el olvido. ¿Será que el metaverso se materializará en el futuro? O quizás solo sea un capricho de Zuckerberg, un agujero negro devorador de recursos. Solo el tiempo dirá si el metaverso se convierte en una realidad o si se desvanece como una moda pasajera. Mientras tanto, la inteligencia artificial sigue acaparando toda la atención, dejando al metaverso en las sombras.
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