Para nadie es un secreto que el mercado cripto está bastante inmaduro y temperamental. Y eso se traduce en volatilidad. Muchas veces, lo que se dice en las redes sociales no coincide con lo que hace el precio. Y siempre es mejor creer a la acción del precio que a las palabras. Un día, el optimismo está por las nubes y nos sentimos como Ícaro volando muy alto. Pero luego, nuestras alas se derriten por llegar muy cerca al sol y caemos dramáticamente.
Después de la codicia, llega el miedo. Y así sucesivamente. Es un ciclo emocional que puede ser muy estresante y peligroso si no se tiene una estrategia y una disciplina. Por eso, si quieres invertir en cripto, debes estar preparado para los altibajos y no dejarte llevar por el ruido. Recuerda: el precio es el rey.
Bitcoin es más que una moneda electronic. Es una strategy. Una plan que tiene un gran poder: el poder de su comunidad. El ejército de tuiteros, youtubers y redditers que difunden la palabra de Bitcoin por todo el mundo. Su trabajo es inyectar en la mente de las personas una narrativa muy simple: Bitcoin es el futuro. Y, tarde o temprano, se irá a la luna.
El bitcoiner tiene eso grabado en piedra en todos los rincones de su mente. Y esa es una gran fortaleza para Bitcoin. La fe (muchas veces irracional y fanática) de su comunidad. Una fe que tiene el poder de convertirse en una profecía autocumplida. Porque si todos creen en Bitcoin, Bitcoin crece. Y si Bitcoin crece, todos ganan. Así es como funciona la magia de Bitcoin. De ahí la importancia de que la fe sea ciega e incuestionable. Nos conviene.
Bitcoin tiene un ejército de promotores que no descansan. Así se ha creado una comunidad de creyentes. Una tribu que tiene su propia identidad, principios y visión del mundo. Una tribu que se identifica por sus referentes. ¿Quiénes son esos referentes? Pues bien, podemos ver rasgos de contracultura, confianza en la tecnología, libertarismo, anarquismo de mercado, tradicionalismo, mucho antiautoritarismo y muchos bichos raros (actualizados a la period electronic). Es como si Silicon Valley engendrara un hijo con un campesino evangélico del sur profundo. Este sentimiento halló un hogar en Bitcoin. Y gracias a las redes sociales y al auge de la política de identidad, tenemos un fenómeno muy de esta época. Un fenómeno que combina ideología, economía y religión. Un fenómeno que se llama Bitcoin.
¿Te interesa saber quién compra Bitcoin? De acuerdo con la narrativa oficial, es un comprador de acero, totalmente persuadido de la ideología y muy entregado a la causa de siempre comprar y nunca vender. El hodler. Practica la autocustodia, y quiere acabar con el sistema fiat de los bancos centrales, la banca privada y el dominio del dólar. Un auténtico rebelde. Pero, ¿esto es lo que ocurre en realidad?
¿Qué nos muestra la evidencia? La evidencia nos muestra que la mayoría compra Bitcoin por el potencial financiero. Lo ven como un activo especulativo. Es un mercado controlado por los minoristas inexpertos. Que de manera repetitiva incurren en el error de comprar alto y vender bajo. En este caso, los novatos pagan a los viejos y más sabios. Las pérdidas de unos son las ganancias de los otros. ¿Cómo lo sabemos sobre el comportamiento tan típico? Por los datos de la cadena de bloques.
En las palabras del afamado inversor Sir Jonh Templeton: “Los mercados alcistas nacen del pesimismo, crecen en el escepticismo, maduran en el optimismo y mueren en la euforia.”
¿Te dejas llevar por el entusiasmo de las redes sociales y compras lo que está de moda? ¿Te asustas cuando el precio baje y vendes en pánico? El inversor novato comete los vicios más comunes: comprar alto y vender bajo.
El mercado cripto está lleno de minoristas inexpertos que se dejan influir por el FOMO, el FUD, el shilling y el trolling. Los líderes de esta industria no son unos santos, sino unos tiburones que buscan captar tu funds con grandes narrativas y promociones. De hecho, vivimos en un mundo fragmentado y polarizado, donde nos identificamos con una tribu y nos enfrentamos a los demás. Necesitamos un inversor responsable y consciente, que se informe, se eduque y se forme. Que no seas parte del dinero tonto que financia al dinero inteligente, sino que seas parte del dinero inteligente que sabe lo que hace.
En la primera mitad del año, el optimismo impulsó a los compradores. El precio subió. Porque mucha gente compró. Hasta aquí todo standard. Pero hay algo que hay que tener en cuenta. El volumen ha sido muy escaso y no ha habido mucha entrada de dinero nuevo. ¿Quién ha estado comprando? Los antiguos bitcoiners que han regresado con grandes ilusiones. Pero este dinero se está agotando. Los toros no tienen mucho más flamable. Y, para rematar, la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC) le ha echado el guante a dos plataformas de criptomonedas en el último golpe al sector.
El 5 de junio, el regulador demandó a Binance y a su líder, Changpeng Zhao, por supuestos delitos que incluyen operar un mercado de valores sin registro y maltratar los fondos de los clientes. Al día siguiente, también acusó a Coinbase de incumplir las normas de valores. ¿Será que las criptomonedas son demasiado inestables para el paladar de la SEC? ¿O será que el regulador siente celos de las ganancias que producen estas plataformas?
Coinbase, la plataforma de criptomonedas que salió a bolsa en 2021, también está en el punto de mira de la SEC. El regulador le ha demandado por ofrecer servicios de bolsa y de intermediario sin estar registrado y sin respetar las normas de protección al inversor. Esto ha hecho que sus acciones se hundan un 20% en un solo día, dejando a muchos accionistas con pérdidas. ¿Qué está ocurriendo con el mundo de las criptomonedas? ¿Es un sector plagado de irregularidades y peligros? ¿O es la SEC la que no comprende esta nueva forma de dinero y quiere detener su crecimiento?
Y esto ha afectado al sentimiento. En otras palabras, el miedo está volviendo.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Noticias Blockchain. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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