Ya se publicó el último índice de optimismo de las pequeñas empresas elaborado por la Federación Nacional de Empresas Independientes. ¿La buena noticia? El índice subió más de dos puntos en julio y las pequeñas empresas se sienten más optimistas que nunca desde febrero de 2022. ¿La noticia menos buena? El optimismo sigue estando por debajo del promedio de 50 años de la encuesta.
Nicole Panettieri, propietaria de una pequeña empresa, dijo que no está segura de cómo se siente en este momento. Tiene dos boutiques en la ciudad de Nueva York, The Brass Owl y The Tiny Owl. Una es para mujeres y la otra para niños.
Este año tuvo buenas ventas por el Día de la Madre, pero este verano ha sido uno de los peores. “Y eso teniendo en cuenta el año 2020”, afirmó.
Panettieri está constantemente elaborando estrategias. Por ejemplo, dejó de vender algunas velas hechas a mano porque la inflación y los aranceles han aumentado los costos para sus proveedores.
“Los clientes no están realmente acostumbrados a pagar 40 dólares por una vela”, dijo.
Se ha prestado mucha atención a cómo los consumidores han estado experimentando una inflación única en la vida. Bueno, los dueños de negocios también la están experimentando. Holly Wade, directora ejecutiva del Centro de Investigación de la NFIB, dijo que una cuarta parte de los propietarios encuestados dijeron que la inflación es su mayor problema.
“Para la mayoría de los propietarios de pequeñas empresas, este es un entorno increíblemente nuevo, muy estresante y tienen que ir adaptándose a medida que avanzan”, afirmó.
Parece que ha habido un pequeño retraso en el tiempo que ha tardado los dueños de negocios en acostumbrarse al aumento de precios.
El optimismo general ha aumentado, aunque todavía está por debajo de la media. Hubo un momento no muy lejano en el que los dueños de empresas se sentían por encima de la media: diciembre de 2021, cuando los consumidores gastaban como locos.
Shane Gottwals, propietario de una cadena de librerías en Georgia, dijo que, como propietario de un negocio, uno no puede esperar que la fiesta dure para siempre.
“Ha sido una especie de período de luna de miel. Quiero decir, había muchísimo gasto”, dijo.
Dijo que los clientes se han adaptado a los aumentos de precios y que la gente todavía parece estar “entusiasmada” con las pequeñas empresas.
Considerándolo todo, dijo, el negocio va bastante bien.
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