“Somos adictos a estar en Facebook”.
—Jordi Berbera, que dirige un puesto de pizzas en la Ciudad de México, le dice a Rest of World por qué ha recurrido a vender sus productos a través de la red social en lugar de a través de aplicaciones de entrega de alimentos más convencionales.
la gran historia
“¿Me estoy volviendo loco o estoy siendo acosado?” Dentro del inquietante mundo en línea de gangstalking
agosto 2020
La historia de Jenny no es lineal, como nos gusta que sean las historias. Nació en Baltimore en 1975 y tuvo una infancia feliz y saludable; su hermano menor, Danny, recuerda con cariño las búsquedas del tesoro que ella organizaba. Al final de su adolescencia, desarrolló anorexia y depresión y estuvo hospitalizada durante un mes. A pesar de sus dificultades, se graduó de la escuela secundaria y fue aceptada en una prestigiosa universidad de artes liberales.
Allí, las cosas volvieron a ir cuesta abajo. Entre otros problemas, la fatiga crónica la llevó a abandonar. Cuando tenía 25 años, volcó ese automóvil en el puente Sunshine Skyway de Florida en un aparente intento de suicidio. A los 30, después de experimentar delirios de que estaba embarazada, le diagnosticaron esquizofrenia. Estuvo hospitalizada durante medio año y comenzó el tratamiento, recibiendo regularmente inyecciones de un fármaco antipsicótico. “Fue como tener a mi hermana mayor de vuelta”, dice Danny.
El 17 de julio de 2017, Jenny saltó desde el décimo piso de un estacionamiento en el Aeropuerto Internacional de Tampa. Después de su muerte, su familia registró su habitación de hotel y su apartamento, pero la mujer de 42 años no dejó ninguna nota. “Queríamos encontrar una razón por la que ella hizo esto”, dice Danny. Y así, una semana después de la muerte de su hermana, Danny, un hacker ético certificado, decidió buscar respuestas en la computadora de Jenny. Descubrió que ella se había suscrito a cientos de grupos de acosadores en Facebook, Twitter y Reddit; comunidades en línea donde los autodenominados «individuos objetivo» dicen que los gobiernos y otras organizaciones los están monitoreando, acosando y acechando las 24 horas del día, los 7 días de la semana, e Internet los legitima. Lea la historia completa.