La legislación, que fue presentada al parlamento australiano el jueves, vería a las plataformas de redes sociales enfrentar multas de hasta el 5% de sus ingresos globales si no logran evitar la propagación de información errónea.
El comentario de Musk marca una escalada de su disputa con Australia. El hombre más rico del mundo ya había criticado anteriormente a los reguladores del país después de que amenazaran con multar a X por no eliminar publicaciones relacionadas con el apuñalamiento de un obispo en Sídney.
Es la última lucha geopolítica que enfrenta Musk, ya que la plataforma de redes sociales X del multimillonario se encuentra bajo una creciente presión en todo el mundo.
X fue suspendido en Brasil el mes pasado tras una orden del juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes después de una disputa por preocupaciones sobre moderación de contenido y libertad de expresión.
Musk ha estado peleándose con el juez brasileño en línea por la prohibición, publicando imágenes de De Moraes generadas por IA y llamándolo «tirano» y «dictador».
X, que ha reducido su moderación de contenidos desde que Musk la compró por 44.000 millones de dólares en 2022, también ha sido acusada de avivar disturbios de extrema derecha en el Reino Unido.
Los disturbios estallaron tras una serie de apuñalamientos fatales en una clase de baile para niños, y el propio Musk opinó sobre la violencia en X, sugiriendo que «la guerra civil es inevitable» en el Reino Unido y atacando al primer ministro británico Keir Starmer.
Las publicaciones del multimillonario fueron criticadas por el gobierno británico y un ex ejecutivo de Twitter sugirió Musk debería ser arrestado si se comprobara que había incitado los disturbios.
Musk y el gobierno australiano no respondieron a una solicitud de comentarios, realizada fuera del horario laboral normal.