Los líderes de las grandes empresas establecidas deberían aprovechar el potencial de la tecnología de registros distribuidos antes de que se utilice en su contra.
Ravi Sarathy, entrevistado por Theodore Kinney
Tiempo de lectura: 12 minutos
No pasó mucho tiempo después de que los desarrolladores de bitcoin usaran por primera vez un libro mayor distribuido para registrar transacciones en 2008 que la revolución de la cadena de bloques se anunció con toda la fanfarria que suele acompañar a las nuevas tecnologías prometedoras. Luego, como sucede a menudo con las tecnologías emergentes, la promesa de blockchain chocó con las realidades del desarrollo.
Ahora, una década y media después, esa promesa inicial se está poniendo de manifiesto. En su nuevo libro, Estrategia empresarial para Blockchain: lecciones sobre la disrupción de Fintech, las cadenas de suministro y las industrias de consumoRavi Sarathy, profesor de estrategia y negocios internacionales en la Escuela de Negocios D’Amore-McKim de la Universidad Northeastern, argumenta que la tecnología de registros distribuidos ha madurado hasta el punto de permitir una gran cantidad de aplicaciones que podrían interrumpir industrias tan diversas como la fabricación, la medicina, y medios
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Sarathy habló con Ted Kinni, editor principal colaborador de Revisión de la gestión de MIT Sloansobre el estado de blockchain, las aplicaciones que son más relevantes ahora para las grandes empresas y cómo sus líderes pueden aprovechar la tecnología antes de que los competidores establecidos y nuevos la usen en su contra.
Revisión de la gestión de MIT Sloan: Blockchain ha tardado en ganar tracción en muchas grandes empresas. ¿Qué lo detiene?
Sarathy: Blockchain es una tecnología compleja. A menudo está asegurado por un elaborado rompecabezas matemático que take in mucha energía y requiere grandes inversiones en computación de alta potencia. Esto también limita el volumen de transacciones que se pueden procesar fácilmente, lo que dificulta el uso de blockchain en un entorno como el procesamiento de tarjetas de crédito, que implica miles de transacciones por segundo. La interoperabilidad es otro desafío tecnológico. Tiene muchos protocolos diferentes para ejecutar cadenas de bloques, por lo que si necesita comunicarse con otras cadenas de bloques, crea puntos de debilidad que pueden piratearse o fallar.
Además de los desafíos tecnológicos, está la cuestión del costo y el beneficio. Blockchain no es gratis, y no es fácil de vender. Requiere importantes recursos financieros y humanos, y eso es un problema porque es difícil convencer a los directores financieros y otros altos directivos de que le den unos pocos millones de dólares y unos años para desarrollar una aplicación de cadena de bloques cuando no tienen estimaciones claras de los beneficios o beneficios esperados. .
Por último, hay desafíos organizativos. Una cadena de bloques pretende ser una red transparente y descentralizada en la que todos hablan entre sí sin intermediarios organizados en un mundo de jerarquías.