Aunque los Baby Boomers pueden conservar sus negocios por más tiempo que otras generaciones, deben enfrentar la realidad de que prepararse para una transición empresarial es un imperativo urgente. La transición de una empresa es una tarea de alto riesgo y, para muchos, un proceso único en la vida que requiere mucha concentración, acción, tiempo y dinero para realizarse correctamente.
Más allá del propietario y su familia, la importancia de una transición empresarial exitosa es sustancial. No garantizar la continuidad del negocio afecta no solo el patrimonio individual del propietario y el de su familia, sino también el futuro de todas las demás partes interesadas que dependen de la transición exitosa del negocio.
La continuidad de una empresa afecta a los empleados, proveedores, clientes, organizaciones benéficas y las comunidades circundantes, a quienes el propietario proporciona empleo y bienestar social.
¿Qué sucede si la empresa no realiza una transición exitosa? La alternativa es el cierre de la empresa. La gente pierde sus trabajos. Las familias sufren. Las comunidades sufren. Además, en muchos casos, el trabajo de toda la vida del propietario se liquida por unos centavos de dólar.
Para realizar una transición exitosa, el propietario de un negocio debe abordar tres cosas: maximizar el valor transferible del negocio, prepararse financieramente para un estilo de vida sin los ingresos del negocio y planificar personalmente lo que hará en su próximo acto después de salir del negocio.
La planificación de la transición aborda varios problemas que impiden que los propietarios logren mejores tasas de sucesión en la transición y sostengan el crecimiento empresarial.
En la práctica, estos son algunos de los principales obstáculos que vemos que enfrentan los propietarios de empresas:
- Tiempo insuficiente: Cuando los propietarios deciden salir, se dan cuenta de que no se han dado suficiente tiempo para posicionar sus negocios para la transición, minimizar los impuestos y maximizar los ingresos netos. Por lo tanto, logran ingresos netos significativamente menores de lo esperado. La preparación para la salida lleva tiempo, independientemente de la opción de salida preferida: venta o sucesión.
- Interrupciones no planificadas: Los propietarios sin un plan de continuidad del negocio no están preparados cuando un evento no planificado los afecta y los obliga a una salida que no está en sus términos o cronograma. Alternativamente, algunos tienen la suerte de recibir una oferta no solicitada de un comprador. Sin embargo, su falta de preparación les impide aprovechar el valor de su negocio en cualquiera de las dos situaciones.
- No preparado para la venta: No pueden completar la venta del negocio a un tercero porque el negocio no puede pasar la prueba de diligencia debida para completar la venta, incluso una venta parcial, a un tercero. Los compradores estratégicos y de cash privado son muy experimentados y selectivos.
- No preparado para la sucesión: Los propietarios también pueden no ser conscientes de que han eliminado sus opciones internas, como la transición a un miembro de la familia o a empleados, porque su negocio no puede operar sin ellos y está potencialmente descapitalizada, tiene un flujo de caja insuficiente o demasiado riesgo para tener éxito con una opción inside.
La planificación de la transición empresarial es planificación empresarial. Para hacer una transición exitosa de su negocio, los propietarios planifican intencionalmente de una manera que incluya de manera integral sus objetivos comerciales, personales y financieros. Las acciones que toman (o no toman) en el negocio hoy afectan el valor de la empresa en el punto de transición o venta.
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