En la actualidad, hay tanta información disponible que podemos ser optimistas o pesimistas bajo el mismo cielo. Todo va a depender de nuestra personalidad, de nuestras afiliaciones y de la información que hayamos escogido. El ruido en el ambiente es simplemente demasiado. Lo que hace posible que distintas narrativas circulen al mismo tiempo, incluso teniendo a la mano los mismos reportes. Los optimistas del “delicate landing” siempre se las ingenian para encontrar buenas noticias en los reportes. Y los pesimistas del “really hard landing”, del mismo modo, siempre se las ingenian para encontrar malas noticias con los mismos reportes.
Los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos cuentan dos historias diferentes. Una de esas historias invita al optimismo: la inflación general cae por noveno mes consecutivo, lo hace con fuerza, desde el 6% de febrero al 5,% de marzo, su nivel más bajo desde mayo de 2021. La otra historia, sin embargo, llama a la cautela: la inflación subyacente se enquista y sube una décima hasta el 5,6%, superando ya a la basic. De esta manera, los culpables del aumento de los precios ya no son tanto los alimentos y la energía como antes. Ahora, el meollo yace en el resto de productos y servicios. En resumen, los datos son como un caleidoscopio: cada uno ve lo que quiere ver.
La inflación interanual en los Estados Unidos ha disminuido del 6% al 5% en marzo. En comparación con el 1% de marzo del año pasado, los precios solo aumentaron un ,1% en ese mes. Sin embargo, la inflación subyacente ha aumentado al 5,6% interanual. O sea, el resultado es bastante mixto. Lo que deja mucho para la interpretación.
Las cifras publicadas, pese a los logros, sugieren que la tarea de contener la inflación aún no ha terminado. Todavía hay mucho camino por recorrer. Además, si se considera el complejo comportamiento del mercado laboral, se podría pensar que la Reserva Federal de los Estados Unidos sí volverá a subir los tipos de interés para enfriar la demanda y reducir la presión sobre los precios en su próxima reunión. O sea, esta historia aún no ha acabado. Ciertamente, ahora estamos un poco más cerca del final. Pero sería muy ingenuo asumir que el remaining está a la vuelta de la esquina.
Sin embargo, después de las turbulencias financieras causadas por la caída de Silicon Valley Lender y Signature Lender, la incertidumbre sobre las futuras decisiones de la Reserva ha aumentado. En su última reunión del comité de política monetaria, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dejó abierta la posibilidad de una pausa en las subidas de tipos en la reunión del 2 y 3 de mayo. El comunicado del banco central cambió su forma de referirse a los próximos movimientos. Hubo un cambio en el tono. El discurso de Powell, nos guste o no, se volvió un poco más ambiguo.
Powell reconoció en esta oportunidad que los colapsos bancarios y la fuga de depósitos pueden endurecer las condiciones crediticias. Los actores, debido a la desconfianza, se pueden volver más conservadores. Y eso puede tener efectos muy similares a los de un aumento de tipos de interés. Claro que las tensiones financieras parecen haberse calmado con cierta rapidez tras las medidas extraordinarias y contundentes por parte de las autoridades. Sin embargo, las presiones ahora vienen de todos lados. En cualquier momento, podemos tener un revés y la casa puede arder en llamas. En fin, el futuro todavía no está muy claro.
No hay que dejarse llevar por los titulares (solamente). En este caso, es necesario ir a los detalles. Y, en los detalles, descubrimos que las buenas noticias se entrelazan con las malas noticias en una gran amalgama de complejidad. Es muy cierto que las presiones inflacionarias están cediendo y, aparentemente, estamos en la fase de la desinflación. Sin embargo, falta mucho camino por recorrer. Los precios en el sector energía y alimentos están mostrando mejoría. Otros sectores, sin embargo, como el sector servicios no van tan bien. Los costos laborales siguen causando estragos. El mercado laboral está comenzando a dar señales de enfriamiento, pero aún es muy pronto para cantar victoria. ¿Los recortes de la OPEP+ subirán los precios de la gasolina en los próximos meses? ¿Seguirá enfriándose el mercado laboral? Estas son preguntas muy difíciles de contestar. O, dicho de otra manera, hoy tenemos un escenario de inflación bastante complejo.
Francamente, nos encontramos en un periodo de gran incertidumbre. Pero muchos sectores del mercado, se encuentran en profunda negación. Tenemos los dos polos. Los optimistas se enfocan solamente en las buenas noticias. Y los pesimistas se enfocan en las malas noticias. Ordenar el caos a través de una historia es una costumbre muy humana. Es muy difícil admitir un no sé. Y esto es lo que ocurre en los mercados. Cada uno ve lo que quiere ver. Y están accionando en consecuencia. Pero no siempre pasa lo que uno quiere. Sucederá lo que tenga que suceder.
¿Tendremos una recesión? ¿Lograremos el objetivo de 2% de inflación interanual más pronto que tarde? Todo depende de los próximos reportes. Las expectativas no son el futuro. Cierto. Las expectativas mueven el mercado de hoy. Pero tarde o temprano sabremos cómo termina la historia. Muchos de los que hoy aseguran conocer el futuro descubrirán que no es tan sensato hablar con tanta seguridad en tiempos de tanta incertidumbre.
La inflación es un fenómeno multifactorial. Y, a pesar de los dogmas, no todo está en manos de los bancos centrales. Muchas cosas pueden pasar en este recorrido. Muchas cosas malas pueden pasar en este recorrido, porque las variables son muchas. Y muchas de estas variables son, de hecho, imprevisibles. ¿Qué puede hacer la Fed sobre la guerra en Ucrania? ¿Qué puede hacer la Fed sobre las decisiones de la OPEP+?
La vida de los mercados financieros es el crédito y la liquidez. Las expectativas y las distintas narrativas pueden causar muchos vaivenes temporales. Pero muy pocos tienen tanto impacto sobre las valoraciones de los activos financieros como el crédito y la liquidez. En otras palabras, a pesar de las distracciones del momento, el precio de Bitcoin depende mucho de las futuras decisiones de la Reserva Federal. ¿Qué hará la Fed? Todo dependerá del comportamiento de la inflación durante los próximos meses.
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