Piense en los primeros días en que se enteró por primera vez de blockchain y criptografía. En aquel entonces, los detractores abundaban como los píxeles en una pantalla, ¿no?
¿Recuerdas esas miradas en blanco que pusiste al invertir en lo que muchos vieron como dinero divertido de Net?
‘es una moda pasajera,’ ellos dijeron.
La verdad es que estabas en algo grande: un líder en la fiebre del oro digital.
Imagínese decirles a esos escépticos que la misma tecnología de la que se burlaban ahora es pionera en cambios en la atención médica, las finanzas e incluso en la forma en que votamos.
Así es. Estamos a punto de ver esta tecnología desvalida brillar en ámbitos mucho más allá del mundo de las criptomonedas.
¿Listo para explorar cómo su apuesta inicial está preparando el escenario para una revolución tecnológica? Comencemos… y tal vez demos a esos escépticos algo nuevo en qué pensar.
Probablemente ya entiendas la esencia de blockchain, ¿verdad? Después de todo, es la tecnología la que ha estado impulsando sus empresas criptográficas.
Pero son los conceptos básicos de blockchain los que lo convierten en un punto de inflexión para, bueno, casi todo lo demás.
¿Así que cuál es el problema?
Lo más importante es que está descentralizado, lo que significa que no está en un solo lugar ni controlado por una única entidad. Piense en ello como un documento de Google compartido, pero a una escala masiva e imposible de piratear.
Cada transacción, cada intercambio se agrega a este libro de contabilidad, creando una cadena de bloques de ahí, blockchain.
Además de eso, todos los que participan en la purple pueden ver las transacciones, lo que significa que no habrá más tratos turbios ni agendas ocultas. Y una vez que se registra una transacción, es como grabarla en piedra: no se puede modificar ni eliminar.
En los sistemas tradicionales, dependemos de grandes nombres (bancos, gobiernos) para mantener nuestros registros. Blockchain le da la vuelta a esto.
Es un sistema que no requiere confianza, pero no de la forma que uno podría pensar. No es necesario confiar en ninguna entidad única porque la confianza está integrada en el sistema…