La empresa de pruebas genéticas 23andMe, que alguna vez estuvo valorada en 6 mil millones de dólares, enfrenta un futuro incierto después de una caída en los precios de las acciones, una reciente renuncia de la junta directiva y una violación de datos el año pasado que afectó a casi siete millones de clientes.
La agitación ha planteado dudas sobre qué podría pasar con los datos genéticos de los aproximadamente 15 millones de clientes de la empresa.
El mes pasado, los siete directores independientes de la junta enviaron una carta abierta a Anne Wojcicki, directora ejecutiva y cofundadora de 23andMe, notificándole su renuncia y citando frustración con la dirección de la compañía.
«Después de meses de trabajo, todavía tenemos que recibir de usted una propuesta viable, totalmente financiada y con total diligencia que sea en beneficio de los accionistas no afiliados», decía la carta.
Poco después, Wojcicki, que posee el 49 por ciento de las acciones con derecho a voto, dijo en un documento federal que estaba decidida a privatizar la empresa.
La compañía ha dicho que está comprometida con la privacidad del cliente, pero las personas que han presentado pruebas para descubrir líneas de ascendencia o para investigaciones sobre atención médica pueden dejar su información vulnerable a actores de amenazas.
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