RFK Jr.
Shutterstock
Robert F. Kennedy Jr., durante su campaña presidencial independiente de 2024, fue un defensor vocal de la criptomoneda, particularmente Bitcoin. Hizo campaña activamente por establecer una reserva de bitcoins de EE. UU. Y liderazgo pro-Crypto en la Casa Blanca. Incluso reveló importantes inversiones en Bitcoin que incluyeron una compra de 21 bitcoins con tres asignados para cada uno de sus hijos.
Kennedy ve a Bitcoin como una salvaguardia contra la inflación y un medio para estabilizar el dólar estadounidense. Propuso activamente que el Tesoro de los Estados Unidos debe adquirir Bitcoin para fortalecer la posición financiera de la nación. Sugirió comprar 550 bitcoins diariamente hasta acumular una reserva de 4 millones de bitcoins. Esta iniciativa tenía como objetivo reforzar el dólar estadounidense y proporcionar una cobertura contra la inflación.
A partir del 13 de febrero de 2025, el Senado votó 52-48 para confirmar a Kennedy como el nuevo Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS). Como el recién nombrado Secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS) bajo el presidente Donald Trump, Robert F. Kennedy Jr. ha esbozado varias políticas de salud que reflejan sus puntos de vista de larga data y recientes acciones administrativas.
1. Políticas de vacuna e iniciativas de salud pública
Kennedy, un conocido escéptico de la vacuna, ha influido en los cambios significativos en los mensajes de salud pública. En particular, se ordenó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) a suspender su campaña publicitaria de vacunación contra la gripe, cambiando el enfoque hacia el «consentimiento informado» en lugar de la promoción.
Esta directiva se alinea con el énfasis de Kennedy en la seguridad de las vacunas y la elección personal.
Los eventos recientes han probado esta postura. Un brote de sarampión en Texas y Nuevo México resultó en la muerte de un niño no vacunado y numerosas hospitalizaciones. Los expertos en salud pública instan a la administración a promover activamente las vacunas para frenar el brote, destacando la tensión entre las políticas de vacuna de Kennedy y las crisis emergentes de salud pública.
2. Supervisión de enfermedades crónicas y medicamentos para la salud mental
Al asumir el cargo, Kennedy presidió la Comisión «Make America Healthy Again» (MAHA), encargada de investigar la prevalencia de enfermedades infantiles crónicas y evaluar el impacto de medicamentos como los inhibidores de la recaptación de serotonina (SSRI), los antigüedades, los estabilizadores del estado de ánimo, los estimulantes y los medicamentos para la pérdida de peso.
Esta iniciativa refleja su compromiso de analizar las prácticas farmacéuticas y sus efectos en la salud pública.
3. Definición de sexo y género en la atención médica
Bajo el liderazgo de Kennedy, el HHS redefinió el sexo como una clasificación biológica inmutable, excluyendo efectivamente a individuos transgénero e intersexual de ciertas protecciones de atención médica. Este cambio de política ha enfrentado críticas por ignorar las complejidades científicas y potencialmente socavar las protecciones de los derechos civiles para las comunidades LGBTQ+.
4. Cobertura de atención médica y reforma del sistema
Históricamente, Kennedy ha expresado su apoyo a un sistema de salud para un solo pagador que coexiste con opciones de seguro privado. Sin embargo, reconoce los desafíos políticos de implementar dicho sistema. También aboga por la inclusión de terapias alternativas y holísticas dentro del marco de atención médica convencional, con el objetivo de diversificar las opciones de tratamiento disponibles para los pacientes.
La postura de salud del Secretario Robert F. Kennedy Jr. enfatiza la seguridad de las vacunas y la elección personal, la evaluación crítica de las prácticas farmacéuticas, las definiciones tradicionales de sexo y género en la atención médica y la integración de terapias alternativas en el sistema de atención médica. Estas políticas han provocado un debate considerable y están a punto de influir significativamente en la dirección de la atención médica estadounidense bajo su mandato. Si la incertidumbre regulatoria, el aumento de los costos y el acceso restringido a la atención persisten, donde las fallas sistémicas profundizan las disparidades y erosionarán la confianza pública, ¿el sector de la salud de los Estados Unidos se sumergirá en un mercado de caos osos, o es este el amanecer de una nueva era más saludable?