Un tribunal de California falló recientemente en contra de Crowd Machine y Metavine, ordenándoles pagar más de 20 millones de dólares en devolución, intereses y sanciones. Esta decisión histórica sigue a la oferta inicial de monedas (ICO) de 2018 de Group Equipment Compute Tokens (CMCT), que la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) calificó como fraudulenta y no registrada.
El caso se originó en enero de 2022 cuando la SEC presentó una demanda contra el fundador de Crowd Machine, Craig Sproule. Las acusaciones incluyeron el uso indebido de 5,8 millones de dólares de los 33 millones de dólares recaudados durante la ICO. El CMCT estaba pensado como una moneda electronic que compensaba a los propietarios de computadoras por su potencia informática y pagaba a los programadores por escribir código. Sin embargo, estos tokens nunca estuvieron operativos.
En un acontecimiento reciente, el Tribunal de Distrito del Norte de California emitió una sentencia last enmendada. Ordenó a los demandados devolver 19.676.401,27 dólares, pagar 3,4 millones de dólares en intereses previos al fallo e impuso sanciones civiles de 600.000 dólares a cada uno. Además, Metavine fue considerada responsable de la devolución de 5 millones de dólares del monto overall. A pesar de estos fallos, los acusados no admitieron ni negaron haber actuado mal.
La importancia de este caso radica en sus implicaciones más amplias para la industria de las criptomonedas. Las ICO fueron un método popular para lanzar criptomonedas hasta que la SEC, en julio de 2017, las clasificó como ventas de valores. Desde entonces, el organismo regulador ha perseguido activamente casos contra emisores de ICO por violaciones.
La saga de Group Equipment y Metavine sirve como advertencia para las nuevas empresas de blockchain que están considerando la venta de tokens. Las fuertes multas y los procedimientos judiciales ponen de ease la necesidad de cumplir con las leyes de valores. Este caso también subraya los esfuerzos continuos de la SEC para normal la industria de la criptografía, garantizando la protección de los inversores y la integridad del mercado.
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