HISTORIA: Aquí, en esta pequeña granja en las afueras de La Habana, la empresa familiar Bacoretto generate harina sin gluten a partir de plátano, coco y yuca.

En medio de una creciente disaster alimentaria, el fundador Gabriel Pérez dice que quiere aprovechar lo que está disponible localmente en lugar de depender de costosas importaciones.

“En este momento hay plátanos en toda Cuba, hay cocos en toda Cuba, no tanto arroz pero sí yuca. Y muchas otras cosas como esta. Cuando empiezas a rascar la superficie, encuentras una gran cantidad de alimentos infrautilizados».

Cuba compra la mayor parte de los alimentos que take in del exterior.

Pero los ingresos se han desplomado tras la pandemia, y la isla todavía se ve obstaculizada por las duras sanciones estadounidenses y el tambaleante turismo, que alguna vez fue un pilar de la economía de la isla.

Pérez también señala una falta de cultura en torno a la sostenibilidad.

Bacoretto no solo seca y muele harinas orgánicas sin gluten, sino que también procesa subproductos para producir aceite de coco, cuerdas, productos fermentados y dulces.

“En primer lugar, para nuestros productos sólo utilizamos materias primas orgánicas. Se trata de materias primas que no utilizan ningún insecticida químico agresivo o que pueda modificar genéticamente el alimento. En segundo lugar, cualquier cosa que hagamos aquí debe ser útil para alguien. En este caso se trata de harinas que no tienen gluten. Son útiles para personas que viven con enfermedad celíaca, personas con hipertensión, personas con diabetic issues en nuestra comunidad”.

La empresa aprovecha una decisión de 2021 de levantar una prohibición a las empresas privadas en la isla, que está vigente desde poco después de la revolución comunista de 1959 de Fidel Castro.

Aun así, Pérez ha tenido dificultades para encontrar el financiamiento que necesita en una Cuba con problemas de liquidez.

Miles de pequeñas empresas que se han arraigado desde 2021 enfrentan problemas persistentes de financiación, infraestructura, suministro y mano de obra.

Bacoretto es pequeño y especializado, develop alrededor de 17 libras de harina por semana junto con subproductos con una plantilla de ocho personas.

Este trabajador de una tienda orgánica en La Habana dice que la harina de plátano y yuca son populares entre los consumidores.

Pero para que su negocio sea rentable, Pérez dice que se necesita mejor maquinaria.

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