Las próximas publicaciones de datos de EE. UU. y las declaraciones de los formuladores de políticas de la Fed se perfilan como desencadenantes potenciales de cambios en los rendimientos de los bonos estadounidenses a largo plazo, con implicaciones que se extienden a las criptomonedas y las acciones de EE. UU. Si bien Bitcoin ha experimentado una caída del 18 % desde su pico de julio, sigue subiendo un 56 % este año. En medio de un período relativamente tranquilo para su precio, el criptomercado anticipa cambios sustanciales en el futuro.

Un punto focal de esta anticipación gira en torno a la batalla legal en curso de Ripple, que podría redefinir las regulaciones de las criptomonedas. Aunque el rendimiento reciente de Bitcoin ha sido modesto, persiste el optimismo por futuros aumentos de precios. El criptoanalista Eric Krown sugiere que, si bien los máximos históricos inmediatos pueden no ser inminentes, el impulso positivo podría impulsar a Bitcoin hacia arriba.

La perspectiva de Krown se basa en el discussion en curso sobre la probabilidad de nuevos máximos. A pesar de parecer moderado en la actualidad, el potencial de Bitcoin para alcanzar niveles sin precedentes sigue siendo sólido y podría materializarse a fines de 2023 o antes de que concluya 2024.

Actualmente, los gráficos insinúan una posible tendencia a la baja, lo que genera preocupaciones sobre una caída por debajo de la marca de $25,860. Una mirada más cercana al marco de tiempo de 12 horas revela indicios de un descenso por debajo de $ 26,170, lo que sugiere una trayectoria descendente predominante.

Las métricas en cadena ofrecen una visión matizada, lo que sugiere desafíos para recuperarse del mercado bajista de 2022. El tablero «Recuperándose de un oso de Bitcoin» de Glassnode explain ocho señales, de las cuales solo tres actualmente apuntan hacia tendencias alcistas.

Un riesgo digno de mención proviene de las tenencias de los titulares de Bitcoin a corto plazo. El análisis de CryptoQuant revela que las pérdidas sufridas por estos titulares son notablemente más bajas, oscilando entre el 4 % y el 9,2 %, en comparación con el rango de 2019 del 41 % al 45 %.

En este panorama en evolución, el sentimiento del mercado depende de una interacción compleja de batallas legales, datos macroeconómicos y comportamiento de los inversores, que dan forma a las trayectorias de las criptomonedas y los activos tradicionales por igual.

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