A medida que la period electronic continúa evolucionando, Bitcoin, el pionero de las criptomonedas, se presenta como una solución potencialmente transformadora para un problema generalizado: la pobreza international.

Con su naturaleza descentralizada, Bitcoin abre oportunidades para la inclusión financiera, la eficiencia de las remesas y la accesibilidad a los mercados internacionales, todo lo cual podría servir potencialmente como poderosas herramientas para combatir la pobreza en todo el mundo.

En muchos países en desarrollo, la inclusión financiera sigue siendo un desafío importante. Según el Banco Mundial, la falta de acceso a los servicios bancarios tradicionales deja a aproximadamente 1400 millones de adultos en todo el mundo sin servicios bancarios. Esta realidad frena el crecimiento económico y exacerba la pobreza. Libre de las restricciones bancarias convencionales, Bitcoin ofrece una solución prometedora. Cualquier persona con un teléfono inteligente y acceso a World wide web puede configurar una billetera Bitcoin, lo que la convierte en una tecnología accesible incluso para aquellos que antes estaban excluidos del sistema financiero. Este atributo de Bitcoin promete atraer a una gran parte de la población al redil de la actividad económica, lo que podría sacar a muchos de la pobreza.

Las remesas representan un salvavidas para muchas personas en países de bajos ingresos y en desarrollo. Según los datos del Banco Mundial, las remesas a estos países alcanzaron la impresionante cifra de $626 mil millones en 2022. Sin embargo, los métodos tradicionales de transferencia de dinero están plagados de altas tarifas e ineficiencias.

Las soluciones de pago modernas como Sensible (anteriormente TransferWise) han abordado significativamente estos desafíos. Aunque pueden ser más rápidas y económicas que las transferencias bancarias tradicionales (a veces completan transferencias transfronterizas en segundos), por lo normal requieren que el destinatario tenga una cuenta bancaria para recibir los fondos. Esto puede ser una barrera importante para las personas sin servicios bancarios o con servicios bancarios insuficientes, en unique en los países en desarrollo con acceso limitado a los servicios bancarios.




Con su capacidad para facilitar las transacciones entre pares sin intermediarios, Bitcoin puede reducir significativamente los costos y aumentar la velocidad de las remesas. Esto significa que más dinero termina en los bolsillos de los destinatarios previstos, lo que potencialmente alivia la pobreza en una escala significativa.

Además, Bitcoin puede democratizar el acceso a los mercados globales. Muchas pequeñas empresas en países económicamente desfavorecidos no pueden participar en el comercio internacional debido a las restricciones y las altas tarifas asociadas con las transacciones transfronterizas. Dado que las transacciones de Bitcoin son globales y no están sujetas a las regulaciones de ningún país específico, podrían potencialmente abrir vías de comercio internacional para estas empresas. Esto, a su vez, podría impulsar el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.

Sin embargo, los beneficios potenciales de Bitcoin para abordar la pobreza global van acompañados de desafíos y riesgos considerables que deben gestionarse con cuidado. Una preocupación importante es el posible uso indebido de Bitcoin para actividades ilícitas, dado el seudónimo que ofrece a los usuarios. Si bien es critical recordar que la gran mayoría de las transacciones de Bitcoin (el 99,76 % de todo el volumen de transacciones criptográficas en 2022, según Chainalysis) tienen fines legítimos, el potencial de uso indebido es una realidad que no se puede ignorar. Esto requiere la implementación de marcos regulatorios sólidos que puedan disuadir las actividades ilegales sin sofocar la innovación que representa Bitcoin.

Además, la protección del consumidor es otro tema crítico que requiere atención. La complejidad de Bitcoin puede hacer que los usuarios desinformados, especialmente los de comunidades desfavorecidas, sean vulnerables a las estafas. Para abordar esto, las iniciativas educativas son imprescindibles para garantizar que estas comunidades comprendan las complejidades de Bitcoin y puedan usar la tecnología de manera segura.

La volatilidad del valor de Bitcoin es otro desafío. Si bien algunos lo ven como una oportunidad de inversión, el riesgo asociado con tal volatilidad podría resultar perjudicial para quienes luchan contra la pobreza. En consecuencia, si bien el potencial de Bitcoin para ayudar a aliviar la pobreza mundial es sizeable, estos riesgos asociados deben gestionarse cuidadosamente.

Por último, aunque Bitcoin ofrece un potencial inmenso, es elementary no verlo como una solución independiente para la pobreza mundial. Es una de las muchas herramientas que podrían contribuir significativamente a la reducción de la pobreza, pero debe complementarse con políticas e iniciativas socioeconómicas más amplias destinadas a mejorar la educación, la atención médica y la infraestructura.

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