Este es un editorial de opinión de Jimmy Song, desarrollador, educador, empresario y programador de Bitcoin con más de 20 años de experiencia.

Los bienes inmuebles son una posesión fiduciaria.

No solo es ridículamente caro, sino que también es difícil de mantener. Cualquiera que compre una propiedad se está comprando un trabajo. Es el epítome de la cita de Fight Club: «Las cosas que posees terminan poseyéndote». Lo peor es que los derechos sobre su propiedad son limitados.

A los gobiernos les encanta bombear bienes raíces porque les da a las personas una sensación de seguridad y porque es fácil de gravar, y lo hacen. A través de las hipotecas y el tratamiento fiscal favorable, la propiedad de la vivienda ha sido una herramienta en el juego del pan y el circo en el que los gobiernos están continuamente involucrados. Usan los bienes raíces como una forma de apaciguar y controlar. Como resultado, los bienes raíces son una forma de propiedad centralizada y tenue, que depende de los caprichos de los políticos.



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