John Reed Stark, exjefe de la Oficina de Cumplimiento de Net de la SEC, tuiteó recientemente una serie de revelaciones preocupantes que desvelan el exterior glamoroso del criptomercado. Sus palabras son un claro recordatorio de los peligros al acecho que los inversores deben enfrentar cuando se aventuran en el mundo de las monedas digitales.
Evidencia de un mercado amañado
Stark se refiere a un nuevo estudio, citando «evidencia más convincente» de que el criptomercado no solo está manipulado, sino que está infestado de prácticas fraudulentas. La manipulación del mercado no solo se tolera se alienta.
Los bots de Twitter que aumentan el precio de las criptomonedas, el uso de información privilegiada en el fondo de cobertura Alameda Investigation y un panorama financiero plagado de engaños se están convirtiendo en características comunes de este mercado financiero anárquico.. La evidencia de Stark muestra que esto es parte de la criptocultura. Una cultura en la que el fraude no solo se premia sino que se enseña.
Un mercado financiero anárquico
Según Stark, el cripto-verso es un pozo negro de estafas, fraudes y artimañas «Strolling Useless-Like». Hace una comparación escalofriante, equiparando el criptoanálisis con «evaluar la ropa que usa un poltergeist». La falta de fundamentos y transparencia, junto con la ausencia de protecciones efectivas para el cliente, pinta una imagen sombría de un salvaje oeste de las finanzas.
Víctimas convertidas en victimarios: el ciclo torcido
Lo que es aún más preocupante es la transformación de víctimas en victimarios. Los usuarios involuntarios de las redes sociales son reclutados como soldados en este panorama caótico. Son arrastrados a un sistema que no ofrece compensación ni protección, lo que los lleva a propagar esquemas fraudulentos sin saberlo.
Las terribles advertencias de Stark representan un futuro en el que la promesa de las criptomonedas de liberarse de la protección del gobierno se convierte en una cruel maldición. Como él lo expresa tan acertadamente, los inversores quedan “languideciendo y consumiéndose como acreedores no garantizados con pocas esperanzas de recompensa y reparación”.
Desafía a los entusiastas de las criptomonedas a que se despierten y reconozcan que son «los cazados, no los cazadores».
Lo que una vez fue aclamado como una frontera financiera revolucionaria ahora está siendo expuesto por su parte más oscura. La llamada a la acción es clara. Los inversores deben proceder con cautela, discernimiento y un conocimiento profundo de los riesgos involucrados.