Detroit ha anunciado que se convertirá en el municipio más grande de EE. UU. que permitirá a los residentes pagar impuestos utilizando criptomonedas cuando lance una nueva plataforma de pago administrada por PayPal en 2025. La iniciativa espera estimular la innovación tecnológica y fomentar el crecimiento económico, pero puede venir con riesgos.
Los líderes de la ciudad esperan que esta estrategia modernice los servicios municipales de Detroit y mejore la inclusión financiera de la ciudad, particularmente para los residentes no bancarizados. Si bien los planes de Detroit tienen visión de futuro, pueden conllevar más riesgos que recompensas. La iniciativa trae consigo numerosas desventajas potenciales, que van desde preocupaciones ambientales hasta la dependencia de plataformas de terceros y altas tarifas de transacción.
No obstante, el experimento de Motor City de aceptar moneda alternativa para el pago de impuestos puede servir como campo de pruebas y, dependiendo de los resultados, puede allanar el camino para medidas similares a escala nacional.
Impacto ambiental de las transacciones criptográficas
Uno de los desafíos más importantes inherentes al programa de pago de impuestos criptográficos de Detroit es su impacto ambiental. Bitcoin y Ethereum, las principales criptomonedas aceptadas en el programa, son sistemas bien conocidos que consumen mucha energía, en particular Bitcoin.
Bitcoin opera con un sistema de prueba de trabajo, que requiere una enorme potencia computacional para validar las transacciones, lo que contribuye a altos niveles de consumo de energía y agua. A medida que Detroit alienta a más residentes a adoptar criptomonedas para el pago de impuestos, es posible que sin darse cuenta estén promoviendo un mayor uso de energía, lo que puede entrar en conflicto con los objetivos de sostenibilidad.
En la medida en que las políticas fiscales de la ciudad estén destinadas a apoyar las iniciativas ecológicas y la sostenibilidad, la adopción de criptopagos podría, paradójicamente, dar lugar a que la ciudad gaste en contra de sus propios objetivos. Al facilitar el pago de impuestos a través de criptomonedas que consumen mucha energía, Detroit puede estar aumentando su propia huella de carbono y socavando los esfuerzos en otras partes del código tributario de la ciudad.
Dependencia de plataformas privadas
El sistema de pago de criptoimpuestos de Detroit utilizará un proveedor externo, PayPal, para gestionar la conversión de criptomonedas a dólares estadounidenses antes de que los fondos se transfieran a las cuentas de la ciudad. Si bien este acuerdo ciertamente simplifica las cosas administrativamente, introduce un riesgo significativo al depender de la tecnología, las políticas y los precios de una empresa privada.
En las finanzas públicas, la dependencia de entidades privadas puede crear vulnerabilidades y potencialmente introducir inestabilidad de segundo orden en cosas como los bonos municipales. Los bonos, respaldados por ingresos fiscales, tienen el poder impositivo del Estado como respaldo contra el incumplimiento.
Si PayPal alterara su plataforma o sus estructuras de tarifas, podría alterar el procesamiento de pagos criptográficos de Detroit y, al hacerlo, alterar la recaudación de impuestos de la ciudad. Una perturbación a gran escala podría socavar la confiabilidad de los ingresos fiscales utilizados para respaldar los bonos municipales, lo que representaría un riesgo para los tenedores de bonos y podría afectar la situación financiera de la propia ciudad.
Si bien las plataformas de terceros ofrecen comodidad e infraestructura establecida, pueden carecer de la continuidad y el control esenciales para respaldar instrumentos financieros basados en la previsibilidad.
Altas tarifas de transacciones criptográficas y poblaciones vulnerables
Otro posible obstáculo para la iniciativa de Detroit son las altas y a menudo impredecibles tarifas de transacción asociadas con algunas criptomonedas, especialmente Ethereum.
Las tarifas en la red Ethereum pueden variar ampliamente con el tiempo, con picos durante el uso intensivo. Esta variabilidad puede aumentar el costo de realizar un pago de impuestos, en caso de que PayPal considere necesario trasladar esas tarifas a la ciudad y, por extensión, a los residentes, quienes tal vez ya enfrenten desafíos económicos. Si las tarifas de transacción se vuelven demasiado altas, podrían disuadir a los residentes de usar criptomonedas como opción de pago o, peor aún, dejar a personas vulnerables no bancarizadas encerradas y sin otra opción que incurrir en el costo adicional.
Semejante escenario plantea serias dudas sobre la sabiduría y la idoneidad de adoptar una “solución” especulativa e inestable para resolver los problemas de los residentes que ya enfrentan precariedad económica. Cuando los métodos de pago están sujetos a costos impredecibles, aquellos que no están bancarizados o están en desventaja económica son los más afectados por estas fluctuaciones porque no tendrán una opción alternativa. Esto hace que un deber cívico esencial, como pagar impuestos, sea más oneroso desde el punto de vista financiero para quienes ya están pasando apuros.
Perspectivas de las finanzas públicas y las criptomonedas
Si Detroit puede abordar los desafíos de manera efectiva, puede sentar un precedente para la integración responsable e inclusiva de las criptomonedas en las finanzas públicas. Si las desventajas resultan demasiado onerosas, puede llevar a otros municipios a abordar dichas innovaciones con mayor cautela.