¿Qué pasa cuando el mayor gestor de activos del mundo quiere entrar en el mundo de las criptomonedas? Pues que se arma un revuelo. Eso es lo que ha ocurrido con la solicitud de BlackRock para crear un fondo cotizado en bolsa de Bitcoin (BTC) al contado, que ha desatado todo tipo de reacciones en el sector.
Por un lado, están los que ven esta noticia como una bendición para BTC (me incluyo), que podría ganar más confianza, legitimidad y demanda por parte de los inversores institucionales. Uno de ellos es Mike Novogratz, el CEO de Galaxy Electronic, que dice rezar cada noche para que Larry Fink y BlackRock saquen un ETF de Bitcoin. Según él, sería lo mejor que le podría pasar a BTC.
Por otro lado, están los que ven esta noticia como una amenaza para BTC, que podría perder su esencia descentralizada, su innovación nativa y su resistencia a la censura. Uno de ellos es Scott Melker, un inversor que cree que la aprobación del ETF de BlackRock sería un flaco favor a los pioneros cripto que construyeron la industria. Según él, sería el comienzo de una gran adquisición institucional.
¿Es el ETF de BlackRock una bendición o una amenaza para BTC? ¿O quizás es una mezcla de ambas cosas? Sea como sea, lo cierto es que el interés por las criptomonedas sigue creciendo y que cada vez más actores tradicionales quieren tener su trozo del pastel. ¿Será este el año del despegue definitivo de BTC? ¿O será el año del desplome irremediable? Solo el tiempo lo dirá.
¿Qué opinas tú de la llegada de BlackRock, el gigante financiero que maneja más de 9 billones de dólares, al mercado cripto? Pues depende de lo que busques. Cada cabeza es un mundo. Y no todos tenemos los mismos objetivos.
Si lo que se quiere es cambiar al mundo y establecer una utopía libertaria donde reine la descentralización y el individualismo radical, la llegada de BlackRock es un contrasentido. ¿Cómo vas a confiar en una empresa que tiene más poder que muchos gobiernos y que se beneficia del sistema capitalista? Eso sería como pedirle consejo a un vegetariano sobre dónde comprar la mejor carne.
Por el contrario, si lo que se quiere es hacer dinero, y la ideología o las reformas del sistema nos importan un bledo, la llegada del cash institucional es una excelente noticia. Porque significa más dinero para el saco. ¿Qué mejor señal de confianza que una empresa que invierte en todo lo que se mueve y que sabe cómo sacarle el máximo provecho? Eso sería como tener a un chef estrella como tu amigo personalized y que te invite a comer a su restaurante.
¿Cuándo se convierte en pecado invertir por dinero? Esta es una pregunta que muchos se hacen, sobre todo en el mundo de las criptomonedas, donde hay tantas opiniones y visiones diferentes. Algunos creen que hay que invertir solo en proyectos que tengan un valor social, ecológico o político, y que apoyen la descentralización y la libertad. Otros (como yo), en cambio, solo buscan el beneficio económico, y no les importa si el proyecto es centralizado o no.
Nadie tiene la razón absoluta. Cada uno tiene sus propios motivos y objetivos para invertir, y no hay nada de malo en ello. Lo importante es ser honesto con uno mismo y con los demás. Después de todo, el mercado está formado por la oferta y la demanda, y si hay gente dispuesta a comprar o vender algo, es porque le ve algún valor.
Por ejemplo, si la llegada de un gigante financiero como BlackRock aumenta la demanda de Bitcoin, ¿por qué no celebrarlo? Al fin y al cabo, eso significa que más gente está reconociendo el potencial de esta criptomoneda, y que su precio puede subir. Y si eso beneficia a los que ya tenían Bitcoin, pues mejor que mejor. Aquí el precio es rey, y no hay que avergonzarse de admitirlo. Invertir por dinero no es pecado, es sentido común.
Bitcoin es una criptomoneda que nació como una alternativa al sistema financiero tradicional, impulsada por una minoría de libertarios que querían separar el Estado de la economía. Sin embargo, para que Bitcoin siga creciendo, necesita atraer a más inversores, tanto individuales como institucionales, que no necesariamente comparten esa visión.
Uno de los inversores institucionales más importantes que ha mostrado interés en Bitcoin es BlackRock, el gigante financiero con billones de dólares en activos. BlackRock ve a Bitcoin como gran oportunidad. Además, reconoce el potencial de la tecnología blockchain y las innovaciones que ofrece el sector de las criptomonedas. Así de sencillo.
El apoyo de BlackRock a Bitcoin tiene un impacto positivo en su valoración y en su proyección a largo plazo, ya que significa que más gente está reconociendo el valor de esta criptomoneda y que su demanda puede aumentar. También implica que Bitcoin puede adaptarse a las normas del sistema y convivir con otras formas de dinero.
Sin embargo, esto también plantea un dilema para los puristas de Bitcoin, que ven en BlackRock un símbolo del sistema que quieren fightir. ¿Bitcoin se convertirá en una moneda universal que libere a la humanidad del yugo del Estado y la banca? ¿O será una inversión más que se ajuste a las normas del sistema? ¿Qué opción es más possible? ¿Qué opción es más deseable?
¿Qué te motiva a comprar Bitcoin? ¿El dinero o la ideología? Hay algunos que se creen los dueños de la verdad y te quieren imponer su forma de pensar y de usar tus BTC. Son los “guardianes” de Bitcoin, que se creen más listos que nadie y que defienden una visión libertaria y anti-sistema.
Pero yo no soy así. Yo compré BTC porque me pareció una buena forma de ganar dinero, no porque me uniera a una causa. Y si quiero confiar mi dinero a Blackrock o a quien sea, pues es mi derecho. No tengo que seguir las reglas de nadie.
Bitcoin es de todos, no solo de los “guardianes”. Y la mayoría de los que usamos Bitcoin no compartimos las mismas concepts. ¡Blackrock, bienvenido!
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Noticias Blockchain. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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