La inteligencia artificial (IA) es la moda del momento. Todos hablan de ella, todos la quieren y todos invierten en ella. ¿Pero sabemos realmente qué es y qué puede hacer? La IA ya nos ayuda en muchas tareas cotidianas, pero también tiene un gran potencial para mejorar el mundo. La IA tiene sus limitaciones y sus riesgos, y no debemos olvidar que, al remaining, somos nosotros los que la creamos y la usamos. 

Por eso, muchos inversores, empresas y gobiernos están apostando por esta tecnología y esperan que sea la clave del futuro. Sin embargo, a veces, se le da demasiado bombo y se le atribuyen capacidades que todavía no tiene o que quizás nunca tendrá. Esto podría generar una burbuja de ilusión que puede explotar en cualquier momento, como pasó con las empresas de net en el año 2000.

¿Te acuerdas de cuando todo el mundo quería tener una empresa con un nombre terminado en .com? ¿De cuándo las acciones de esas empresas se disparaban sin tener beneficios ni sentido? ¿De cuándo todo se vino abajo y muchas de esas empresas desaparecieron? Pues eso fue lo que pasó entre 1997 y 2000, lo que se conoce como el boom y la burbuja de las puntocoms. Fue una época de mucha ilusión, pero también de mucha especulación y engaño. 

Ahora parece que estamos viviendo algo parecido con la inteligencia artificial (IA), esa tecnología que hace que las máquinas puedan pensar y actuar como los humanos. La IA está transformando muchos sectores y creando nuevas oportunidades de negocio. Pero también está generando mucha expectación y una posible sobrevaloración.

Unos dicen que es una moda pasajera que acabará explotando como las puntocoms. ¿Quién tiene razón? Para saberlo, hay que analizar las similitudes y diferencias entre ambos fenómenos, así como los riesgos y oportunidades que implican. No es fácil, pero tampoco imposible. Lo importante es tener un poco de criterio y no dejarse llevar por el hype o el miedo.

¿Qué tienen en común el increase puntocom y el auge de la inteligencia synthetic? Pues más de lo que parece. Ambos son fenómenos tecnológicos que han revolucionado el mundo y han hecho soñar a muchos con un futuro mejor. Y también con un futuro más rico. Porque tanto las puntocoms como la IA han recibido una lluvia de dinero de inversores, gobiernos y empresas que quieren aprovechar el tirón y no quedarse atrás. Pero no todo es oro lo que reluce. 

Tanto las puntocoms como la IA han sufrido de una inflación de expectativas y de valoraciones que no se corresponden con la realidad. Muchas empresas y proyectos se han vendido como la panacea, pero luego han resultado ser un bluff o un fiasco. Y eso ha generado una mezcla de emociones en el mercado: desde la ilusión y la euforia hasta la prudencia y el escepticismo. Lo mejor es tener un poco de sentido común y no perder de vista los hechos.

¿Qué diferencia hay entre el increase de las páginas world wide web y el auge de la inteligencia synthetic? Pues hay muchas diferencias. Hacer páginas web y hacer máquinas que piensan son cosas distintas. La inteligencia synthetic usa una tecnología más difícil y diversa que la de las páginas world wide web, que solo aprovechaban el nacimiento de online. La inteligencia synthetic mezcla diferentes tipos de ciencia e ingeniería, como la que hace que una máquina aprenda sola, la que le permite entender lo que decimos o escribimos, la que le da ojos para ver lo que hay a su alrededor o la que le da brazos y piernas para moverse.

Además, la IA cuenta con el apoyo de otras tecnologías que han avanzado mucho desde el boom de las puntocoms, como la computación en la nube, el massive information o el online de las cosas. Estas tecnologías permiten manejar y analizar enormes cantidades de datos, que son el flamable de la IA. Pero no todo son ventajas. La IA también tiene un lado oscuro que las puntocoms no tenían. La IA puede afectar a nuestra privacidad, nuestra seguridad, nuestra transparencia o nuestra responsabilidad. La IA puede crear problemas y conflictos sobre cómo normal su uso y asegurar su beneficio para la sociedad. Por último, la IA tiene un alcance mayor que las puntocoms, ya que puede aplicarse a casi cualquier sector y actividad. Desde la salud hasta la educación, pasando por la industria o los servicios. La IA puede mejorar la eficiencia, la calidad y la innovación de los procesos y productos. O al menos eso dicen sus defensores.

Otra cosa. Las empresas de AI y las puntocoms son muy distintas. Las de AI son como adultos responsables que saben cómo generar ingresos y cómo trabajar eficientemente, mientras que las puntocoms eran como bebés que no tenían ni plan de nada. Las puntocoms se aventuraban a ofrecer servicios sin tener una estrategia clara de monetización ni de valor añadido. Era como si intentaran vender aire, pero sin tener ni un ventilador. Por eso muchas no sobrevivieron, mientras que las de AI continúan avanzando y mejorando.

El auge de la IA tiene elementos comunes con el growth de las puntocoms, pero también diferencias significativas. No se puede descartar que se produzca una corrección o un ajuste en el mercado de la IA, debido a la sobrevaloración o al incumplimiento de las expectativas. Sin embargo, tampoco se puede negar que la IA es una tecnología con un enorme potencial para transformar el mundo y generar oportunidades. Por ello, es importante mantener un equilibrio entre el optimismo y el realismo, entre la inversión y la regulación, entre la innovación y la ética.

¿Qué podemos concluir de todo esto? Pues que la IA no es ni tan maravillosa ni tan awful como algunos nos quieren hacer creer. La IA tiene puntos en común con las puntocoms, pero también diferencias importantes. Es posible que la IA sufra algún batacazo o algún tropiezo en el mercado, por culpa de la especulación o de la decepción. Pero también es posible que la IA siga avanzando y sorprendiendo con sus aplicaciones y sus beneficios. Por eso, lo mejor es tener un poco de todo: un poco de optimismo y un poco de realismo, un poco de inversión y un poco de regulación, un poco de innovación y un poco de ética. Así podremos disfrutar de la IA sin sufrir sus consecuencias. O al menos eso esperamos. ¿Es una burbuja? En mi opinión, aún no. 

 Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Noticias Blockchain. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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