A medida que las criptomonedas continúan su avance hacia las finanzas convencionales, la industria de la gestión patrimonial se encuentra en una encrucijada. La Autoridad Reguladora de la Industria Financiera está tomando medidas tentativas para reconocer el papel de los activos digitales, mientras que las casas de cables se mantienen firmes en su enfoque conservador, potencialmente en detrimento de sus asesores y clientes.

El cauteloso rastreo de criptomonedas de FINRA

En respuesta al innegable impacto de los activos digitales en el mundo de las inversiones, FINRA publicó recientemente una sección completa sobre criptoactivos en su sitio web. Esta medida representa un cambio lento pero perceptible en el panorama regulatorio, mientras FINRA intenta brindar cierta orientación a las instituciones e individuos bajo su ámbito.

El enfoque de la organización, si bien mesurado, tiene como objetivo en gran medida resaltar los riesgos potenciales asociados con las inversiones en criptomonedas. FINRA enfatiza que los criptoactivos son «a menudo extremadamente volátiles», señalando el potencial de cambios de precios dramáticos e impredecibles. También señalan que muchos criptoactivos y actividades relacionadas carecen de las sólidas protecciones regulatorias a las que los inversores están acostumbrados con los valores tradicionales.

Si bien los esfuerzos de FINRA por brindar claridad representan un progreso, el ritmo de su adaptación al panorama criptográfico en proceso de maduración deja mucho que desear. Su postura cautelosa, si bien se basa en la protección de los inversores, puede estar contribuyendo inadvertidamente al descontento entre los profesionales que operan bajo su autoridad y la subsiguiente desconfianza de los mismos inversores que la organización pretende salvaguardar.

Wirehouses atrapados desprevenidos y manteniendo la línea

A pesar del movimiento gradual de FINRA hacia la aceptación de las criptomonedas, muchos operadores han optado por mantener una postura rígida, impidiendo efectivamente que sus asesores hablen sobre criptoactivos con la mayoría de los clientes. Esta inflexibilidad los pone cada vez más en desacuerdo tanto con sus asesores como con las necesidades cambiantes de su clientela.

La incapacidad de los wirehouses para adaptarse al entorno regulatorio cambiante con respecto a las criptomonedas es más que un simple enfoque conservador: es un paso en falso estratégico que está colocando a sus asesores en una posición precaria. Tyrone Ross, director ejecutivo de 401 Financial y Turnqey Labs, destacó este problema en una entrevista telefónica: “Los asesores de Wirehouse se preocupan mucho por su marca, lucen astutos y son conscientes. Cuando los clientes preguntan constantemente sobre las criptomonedas y tienen que desviarse de ellas, su credibilidad disminuye a los ojos de sus clientes”.

Esta situación ha generado una creciente frustración entre los asesores de Wirehouse, muchos de los cuales sienten que se están quedando atrás a medida que evoluciona el mercado. Incapaces de atender las consultas de los clientes sobre una de las clases de activos más comentadas de nuestro tiempo, estos asesores se encuentran en la incómoda posición de brindar potencialmente un asesoramiento incompleto a sus clientes.

La inflexibilidad de los wirehouses no es sólo un flaco favor a sus asesores; en última instancia, empaña la calidad del asesoramiento que pueden brindar a los clientes. En una era en la que la planificación financiera integral incluye cada vez más consideraciones sobre los activos digitales, la postura de los wirehouses deja una brecha significativa en su oferta de servicios.

Las RIA aprovechan la oportunidad de las criptomonedas

En marcado contraste con las casas de cables, los asesores de inversiones registrados, regulados principalmente por la Comisión de Bolsa y Valores en lugar de por FINRA, se han encontrado en una posición más flexible. Si bien todavía están sujetos a deberes fiduciarios y a la supervisión de la SEC, los RIA generalmente tienen más margen de maniobra para discutir y potencialmente recomendar criptoactivos a sus clientes.

Esta diferencia regulatoria ha permitido que muchas RIA sean más proactivas a la hora de informarse a sí mismas y a sus clientes sobre el mercado de las criptomonedas. Pueden entablar conversaciones más abiertas sobre los posibles beneficios y riesgos de las inversiones en activos digitales, ayudando a los clientes a tomar decisiones informadas en este espacio emergente.

La disparidad de enfoque se refleja en las cifras. Una encuesta de 2024 del Digital Assets Council of Financial Professionals y Franklin Templeton, en la que los RIA representan la mayoría de los encuestados, encontró que más de un tercio de los asesores encuestados planeaban recomendar activos digitales en los próximos seis meses. Esta postura proactiva coloca a los RIA en una clara ventaja a la hora de atender a los clientes interesados ​​en explorar el espacio criptográfico.

Presión política y realidades del mercado

La complejidad de la situación se pone aún más de relieve por las recientes intervenciones políticas. Cuatro republicanos de la Cámara de Representantes escribieron una carta expresando sus preocupaciones sobre el panorama regulatorio, según informó El diario Hodl. La carta dice: «La SEC y FINRA son cómplices de perpetuar la confusión y la incertidumbre en el mercado, lo que en última instancia perjudica a los participantes del mercado y a los consumidores».

Si bien esta crítica puede ser demasiado dura, subraya los desafíos que enfrentan los reguladores para lograr el equilibrio adecuado entre la protección de los inversores y la innovación del mercado. La crítica llega en un momento en que el mercado de las criptomonedas está experimentando un mayor interés institucional. Según lo informado por NECESARIOSi bien los fondos de cobertura se han convertido en importantes poseedores de ETF de Bitcoin, las plataformas de gestión patrimonial bancaria y de alambres siguen estando en gran medida ausentes de este espacio.

La encrucijada de la adaptación y la obsolescencia

A medida que el mercado de las criptomonedas siga madurando e integrándose con las finanzas tradicionales, es probable que persista la tensión entre la cautela regulatoria y la demanda del mercado. El avance de FINRA hacia la aceptación de las criptomonedas, aunque lento, al menos reconoce el panorama cambiante. Los Wirehouses, por otro lado, corren el riesgo de volverse obsoletos si continúan manteniendo la línea contra las discusiones sobre criptografía.

Por ahora, los inversores deberían ser conscientes de estas diferencias de enfoque entre los wirehouses y los RIA. Aquellos interesados ​​en explorar inversiones en criptomonedas pueden encontrar que los RIA están más dispuestos y son más capaces de participar en estas conversaciones. Sin embargo, es fundamental recordar que, independientemente del tipo de asesor, la diligencia debida y una comprensión profunda de los riesgos involucrados en las inversiones en criptomonedas siguen siendo primordiales.

Las recientes críticas de los republicanos de la Cámara de Representantes, junto con una administración presidencial y un Congreso entrantes supuestamente favorables a las criptomonedas, pueden servir como catalizador para una orientación regulatoria más transparente y consistente. Esto podría potencialmente remodelar el panorama tanto para los wirehouses como para los RIA en su enfoque hacia los criptoactivos.

Mientras la industria espera una dirección más clara, los fabricantes de cables se encuentran en una encrucijada. Su desafío en el futuro será encontrar formas de adaptar sus políticas al cambiante panorama criptográfico manteniendo al mismo tiempo su compromiso con la protección de los inversores. No hacerlo puede resultar en una pérdida continua de credibilidad, posibles oportunidades comerciales y, lo más importante, la capacidad de brindar asesoramiento integral y relevante a los clientes a los que tienen la tarea de servir.

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