A medida que el mundo avanza hacia la transformación digital, las tecnologías que elijamos tendrán un impacto duradero en nuestro planeta. Blockchain, NFT y otros criptoactivos han atraído mucha atención por su capacidad para almacenar registros de forma segura e inmutable. Sin embargo, a menudo se pasa por alto el costo ambiental del mantenimiento de estas tecnologías. El consumo de energía necesario para sostener las cadenas de bloques, en particular aquellas que utilizan Prueba de trabajo (PoW), es enorme y contribuye a los problemas mismos del cambio climático y el calentamiento global que deberíamos esforzarnos por mitigar.

Por el contrario, el Sistema de Nombres de Dominio (DNS), una tecnología que ha protegido y gestionado de manera confiable los activos digitales durante más de 30 años, ofrece una alternativa sostenible y probada. El DNS, y en particular los registros Whois asociados con los nombres de dominio, realizan funciones similares a las de blockchain y NFT, pero con una fracción del impacto ambiental.

El costo ambiental de Blockchain y NFT

Históricamente, las demandas de energía de la tecnología blockchain han sido asombrosas. Según el antiguo modelo de consenso de PoW, una sola transacción de Ethereum podría consumir más energía que la que utiliza un hogar estadounidense promedio en un día. Sin embargo, tras la transición de Ethereum a Prueba de participación (PoS) en septiembre de 2022, su consumo de energía se redujo en más del 99 %, lo que redujo significativamente la huella de carbono de cada transacción.

De manera similar, se estimó que la huella de carbono de una NFT, particularmente en plataformas que todavía usan PoW como Bitcoin o Ethereum anterior a PoS, era de alrededor de 90 kg de CO.2 por año. Después de PoS, esta cifra se ha reducido drásticamente, aunque el impacto exacto varía según la cadena de bloques utilizada. Mientras tanto, el impacto ambiental de Bitcoin sigue siendo sustancial, y las estimaciones sugieren que produce alrededor de 37 megatones de CO.2 anualmente.

DNS: una solución ecológica y confiable

Los nombres de dominio, especialmente aquellos dentro del ecosistema DNS, representan algunos de los primeros activos digitales no fungibles. Cada dominio es único y no intercambiable, y comparte similitudes con el concepto de NFT. Los registros Whois asociados a los nombres de dominio funcionan como un registro de propiedad, ofreciendo un nivel de transparencia y seguridad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los registros Whois no son inherentemente inmutables y no replican el mecanismo de consenso descentralizado de blockchain.

Considere esto: la huella de carbono de un nombre de dominio es de solo 0,117 kg de CO2 por año, un marcado contraste con el de un NFT, incluso bajo el modelo PoS actual. La infraestructura DNS, que ha existido desde los primeros días de Internet, es increíblemente eficiente y la energía necesaria para mantener los nombres de dominio es mínima en comparación con las tecnologías blockchain.

Un ecosistema confiable con alcance global

El mercado de nombres de dominio es altamente competitivo y maduro, con tasas de crecimiento comparables a las de la economía global. A pesar de esta saturación, el ecosistema DNS ha acumulado un alto nivel de confiabilidad y confianza por parte de los usuarios de todo el mundo. Esta confianza constituye una base sólida para desarrollos innovadores, como el proceso patentado Digital Twin del registro .ART.

Este proceso agrega campos adicionales a los registros Whois, proporcionando información detallada sobre una obra de arte u objeto. Gestionados de forma distribuida por la ICANN a través de una red de registradores de dominios y operadores de registro, estos registros Whois han sido una base de datos segura y confiable durante décadas. Este registro digital confiable de artefactos satisface una creciente demanda del mercado, como lo demuestra el interés continuo en las soluciones blockchain y criptográficas, a pesar de sus fallas inherentes.

Cerrando la brecha: dominios y blockchain

Si bien las soluciones blockchain y NFT a menudo se consideran intrínsecamente confiables, los profesionales de TI entienden que no siempre es así. Cuestiones como el “ataque del 51%” revelan vulnerabilidades que a menudo se pasan por alto debido a la alta demanda. Sin embargo, el registro .ART no opone dominios a blockchain; en cambio, ofrecemos una manera de combinar los dos de manera efectiva y económica. Mediante el uso de campos de referencia adicionales en nuestros registros Whois, los dominios se pueden vincular a cualquier solución criptográfica, posicionando al DNS como una tecnología complementaria que puede mejorar el ecosistema general.

DNS: una alternativa global y ambientalmente racional

De cara a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP29 en Bakú, Azerbaiyán, es crucial que consideremos las implicaciones ambientales de nuestra infraestructura digital. Los registros DNS y Whois presentan una oportunidad para proteger los activos digitales de una manera que sea ecológica y tecnológicamente probada. A diferencia de blockchain, DNS tiene una trayectoria de más de 30 años, con un sistema de gestión distribuido que garantiza seguridad, confiabilidad y escalabilidad.

La conferencia COP29 debería incluir debates sobre cómo se puede aprovechar mejor el DNS como un almacén de datos global y ambientalmente racional, ofreciendo una alternativa sostenible a los procesos de blockchain y NFT que consumen mucha energía. Si bien es posible que el DNS no reemplace por completo a la cadena de bloques, no se debe subestimar su papel como tecnología ecológica.

Conclusión

En nuestra búsqueda del avance tecnológico, no debemos perder de vista nuestra responsabilidad de proteger el planeta. El DNS, con su mínimo impacto ambiental y su sólida seguridad, no solo es una alternativa viable a blockchain y NFT, sino también necesaria frente a las crecientes preocupaciones climáticas. Al elegir DNS, elegimos un futuro más ecológico.

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