En un episodio reciente de “Real Time with Bill Maher”, Maher afirmó que las criptomonedas consumen el 8% de la electricidad mundial, y comparó su impacto con la incorporación de 15,7 millones de automóviles a gasolina a las carreteras. Maher argumentó que la minería de criptomonedas anula el progreso logrado en materia de energía verde y afirmó: “Todo el progreso que estamos logrando con la energía verde está siendo absorbido por las criptomonedas”.

Sin embargo, los datos indican que estas cifras pueden estar infladas significativamente. Bitcoin, el mayor activo digital, consume aproximadamente 150 teravatios-hora de electricidad al año, menos del 1% del uso mundial de electricidad, según la Agencia Internacional de la Energía. Las estimaciones sitúan el consumo energético combinado de todas las criptomonedas entre el 0,4% y el 0,9% del uso mundial anual de electricidad, según informa la Escuela de Clima de Columbia.

De hecho, se estima que los centros de datos utilizados para la inteligencia artificial y las comunicaciones consumen entre el 2% y el 3% del consumo eléctrico mundial. ¿Dónde están los presentadores de programas de entrevistas que piden el cierre de Google, Amazon y Microsoft?

Según RMI, la transición de Ethereum a un mecanismo de prueba de participación ha reducido su consumo de energía en más del 99,9%, alineándolo con redes de pago tradicionales como Mastercard. Bitcoin, sin embargo, sigue siendo el principal consumidor de energía debido a su sistema de prueba de trabajo.

Además, la minería de Bitcoin superó el 60% del uso de energía renovable hace años y continúa aprovechando la energía desperdiciada en procesos como la quema de gas y la energía varada en ubicaciones remotas.

Además, los mineros de Bitcoin pueden reducir la demanda en función de los requisitos de la red energética, lo que los convierte en una herramienta poderosa para optimizar las redes eléctricas en todo el mundo.

Maher, un crítico de Donald Trump, parece estar cayendo en la trampa partidista de subestimar y malinterpretar la verdadera naturaleza de Bitcoin, en parte debido al respaldo de Trump a la industria. Si bien los comentaristas como Maher pueden estar en desacuerdo con Trump en cuestiones políticas fundamentales fuera de Bitcoin, es imprudente etiquetar a las criptomonedas como «el paraíso de los estafadores» por asociación.

Bitcoin tiene un impacto positivo en el clima global, pero comprenderlo requiere apreciar los matices de la producción, el uso y la gestión de la energía.

A diferencia de las monedas fiduciarias, Bitcoin no crea valor derivado más allá de su relación directa con el uso de energía.

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