De todos modos, en realidad no fue el asunto de KYC lo que me molestó y, en retrospectiva, desearía no haber usado el ejemplo de que es un obstáculo para la inclusión financiera. Un vistazo rápido a la sala me dijo que la audiencia estaba compuesta por tipos con trajes elegantes, probablemente más preocupados por llevar sus carteras de inversión a la luna que por resolver los problemas de los no bancarizados. Como tal, mi decisión de referirme a un caso extremo para probar un punto sobre las fallas de KYC solo sirvió para subrayar que las únicas personas con una buena razón para evitarlo deben ser marginadas, oprimidas o perseguidas de alguna manera. Por el contrario, si usted es un ciudadano honrado con una identificación emitida por el gobierno y una cuenta bancaria que vive en un país democrático, política y económicamente estable, la privacidad no tiene por qué ser su principal prioridad.
