El descanso es essential para el bienestar particular y la productividad profesional. Pero los empleados en entornos de alta presión se sienten avergonzados de tomar un descanso, incluso fuera de horario. Cuando lo hacen, pasan el día siguiente cubriendo sus huellas, lo cual es malo para ellos y para el negocio.

Cómo se sintieron los empleados la mañana después de tomar un descanso fue el tema central de un estudio dirigido por Timothy Kundro, profesor de comportamiento organizacional en la UNC Kenan-Flagler Business enterprise School que investiga la moral y la ética en el lugar de trabajo.

Kundro realizó su investigación con su colega profesor Mike Christian y los doctorados Salvatore Affinito ’21 (Ph.D.) y Casher Belinda ’23 (Ph.D.). Sus hallazgos se publican en el Journal of Used Psychology.

Los investigadores descubrieron que los empleados en trabajos de alta presión experimentaban mayores niveles de vergüenza después de descansar la noche anterior.

En un círculo vicioso, la vergüenza aumentó las preocupaciones por la reputación, lo que llevó a los empleados a dar la impresión de que estaban haciendo más trabajo del que realmente estaban. Dado que nadie se beneficia cuando los empleados están agotados o tergiversan su trabajo, Kundro recomienda que los gerentes prediquen con el ejemplo: tomen descansos ellos mismos y alienten a los empleados a hacer lo mismo.

La retórica vacía del autocuidado

En los últimos años, más gobiernos y empresas han adoptado el lenguaje de la salud mental y el autocuidado. Desde alentar a los empleados a tomar descansos para enviar correo electrónico hasta permitir más trabajo remoto o días personales para pasar tiempo con la familia, las políticas parecen reflejar una comprensión de que un apego poco saludable al trabajo puede convertirse en un problema para la salud de los empleados y los resultados de la organización.

Desafortunadamente, separarse del trabajo es más fácil de decir que de hacer, especialmente porque los investigadores muestran que los entornos de alto estrés indican a los empleados que es “contranormativo”.

Para comprender mejor la mentalidad de los empleados que se sienten avergonzados de tomarse un tiempo para sí mismos, Kundro y sus colegas encuestaron a cientos de participantes de todos los sectores empresariales. Los empleados que se sentían avergonzados cometían “comportamientos de trampa”, elevando synthetic y poco éticamente la apariencia de su carga de trabajo y desempeño.

¿Cómo pueden las organizaciones abordar este fenómeno? La responsabilidad debería recaer en los patrones, no en los trabajadores, dice Kundro.

“Los empleadores deben darse cuenta de que los entornos de alta presión tienen consecuencias, que podrían generar problemas mayores a largo plazo”, advierte. Los empleados que adoptan conductas de “trampa” en el trabajo pueden distorsionar la medición del desempeño, desviar un proyecto y, en última instancia, costarle dinero a la empresa.

La gerencia tiene un fuerte incentivo para cambiar la cultura: las empresas funcionan mejor cuando los empleados pueden desconectarse sin vergüenza y regresar al trabajo sin sentirse juzgados. Profesionales como cirujanos, camioneros, pilotos y detectives se toman un tiempo libre obligatorio para garantizar la seguridad y el rendimiento. El descanso agudiza la cognición, mejora la salud psychological y reduce los errores, resultados que los empleadores de todas las industrias deberían esforzarse por promover.

Predicar con el ejemplo

Las organizaciones deben hacer algo más que hablar de autocuidado y salud psychological, afirma Kundro. Necesitan promulgar políticas formales y normas informales para garantizar que los trabajadores descansen y, por lo tanto, rindan al máximo.

Una solución es que los empleadores y directivos prediquen con el ejemplo. Cuando los líderes ocasionalmente se desconectan del trabajo, les indican a los empleados que descansar no les costará ascensos. Ciertos lugares de trabajo con alta presión deberían considerar implementar una política de vacaciones de “úsala o piérdela”, donde sea obligatorio tomar tiempo libre, dice Kundro.

“Una vez empoderados por su organización”, dice, “los empleados pueden separarse pacíficamente”, y el distanciamiento puede conducir a una mayor productividad y ganancias a largo plazo.

La investigación del equipo muestra cómo el ciclo de presión intensa, desapego vespertino, vergüenza matutina y trampas durante la jornada laboral es dañino y generalizado. Las empresas deben romper ese ciclo para garantizar la salud, el desempeño y, a su vez, las ganancias de los empleados.

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