Es posible que nunca haya oído hablar de Hikvision, pero es probable que ya haya sido capturado por una de sus millones de cámaras. Los productos de la compañía china se pueden encontrar desde sistemas de vigilancia policial hasta monitores de bebés en más de 190 países. Su capacidad para fabricar productos de calidad decente a precios económicos (así como sus vínculos con el estado chino) ha ayudado a que Hikvision sea el mayor fabricante de equipos de videovigilancia del mundo.
Pero si bien los estrechos vínculos de Hikvision con el gobierno chino lo han ayudado a crecer, estos vínculos ahora pueden ser su perdición. La firma ayudó a construir el sistema de vigilancia policial masivo de China y lo adaptó para oprimir a los grupos minoritarios musulmanes en Xinjiang. Como resultado, el gobierno de los Estados Unidos ha impuesto varias sanciones en los últimos tres años. Este año, se informa que el Tesoro de los EE. UU. está considerando agregar a Hikvision a la Lista de personas bloqueadas y nacionales especialmente designados (SDN, por sus siglas en inglés), generalmente reservada para países como Corea del Norte o Irán.
Aquí está todo lo que debe saber sobre HikVision: una empresa que solía volar bajo el radar pero ahora se enfrenta a convertirse en la compañía tecnológica más sancionada del mundo. Lea la historia completa.
—Zeyi yang
Científicos hackearon el cerebro de una langosta para detectar el cáncer
¿Han hecho qué? A algunos animales, incluidos los perros, se les ha enseñado a detectar signos de que los humanos están enfermos. Se cree que pueden sentir los productos químicos que las personas emiten a través del olor o la respiración corporal. La combinación de sustancias químicas puede variar según el metabolismo de una persona, que se cree que cambia cuando nos enfermamos. Pero los perros son caros de entrenar y cuidar, y fabricar un dispositivo que imite la nariz de un perro sigue siendo demasiado difícil. Entonces los científicos decidieron «secuestrar» el cerebro de un insecto.
¿Cómo lo hicieron? Expusieron el cerebro de una langosta viva e insertaron electrodos en los lóbulos que reciben señales de las antenas de los insectos, que usan para detectar olores. Los cerebros de las langostas reaccionaron claramente a los olores emitidos por las células humanas con y sin cáncer en un laboratorio, la primera vez que se prueba el cerebro de un insecto vivo como herramienta para detectar la enfermedad.
¿Qué sigue? El equipo detrás del trabajo espera que algún día pueda conducir a una prueba de aliento basada en insectos que podría usarse en la detección del cáncer, o inspirar una versión artificial que funcione de la misma manera. Aunque eso está muy lejos. Lea la historia completa.
—Jessica Hamzelou
Los centros de datos hambrientos de energía se están mudando silenciosamente a las ciudades