La industria criptográfica está evolucionando rápidamente y con un énfasis creciente en. Los criptos tradicionales como BTC han enfrentado críticas varias veces por su alto consumo de energía. El uso anual de energía de BTC rivaliza con los de países enteros, lo que lleva a muchas emisiones de carbono por transacción.

Al abordar el asunto, la industria se está moviendo hacia la adopción de prácticas más sostenibles. Ethereum y Dogecoin son algunos ejemplos de criptos que han pasado del enfoque pesado de energía a métodos menos conocidos y menos consumo de energía, como los sistemas. Como resultado de esta transición, el consumo de energía disminuyó en más del 99.9%, preparando el escenario para que otros criptos se unan.

Algunas áreas también están investigando para utilizar el exceso de calor que normalmente se desperdicia durante la minería de datos y la minería criptográfica también. Finlandia es un buen ejemplo, ya que Google está usando agua de mar para enfriar su centro de datos y, durante el invierno, lo usa para calentar el 80% de las casas en el área.

Además, compañías como Marathon Digital Holdings están implementando sistemas de recuperación de calor para beneficiar a las comunidades locales. Esto muestra una posible simbiosis entre la tecnología y las necesidades de calefacción residencial.

También hay múltiples desafíos a pesar del progreso. La construcción de una instalación de minería masiva de Bitcoin por plataformas antidisturbios en Corsicana – Texas, planteó una discusión muy acalorada entre los lugareños de la zona.

Los residentes expresaron su preocupación sobre la contaminación acústica, el alto consumo de energía y los impactos potenciales en los valores de las propiedades. Con tal problema en cuestión, trajo la necesidad de equilibrio entre el avance tecnológico y el bienestar de la comunidad.

Al observar el lado regulatorio, ha habido múltiples y crecientes discusiones globales sobre el tema. Una reciente conferencia climática de las Naciones Unidas propuso un impuesto climático sobre la minería criptográfica, destinada a generar hasta $ 5.2 mil millones anuales cobrando $ 0.045 por kilovatio-hora utilizada por los mineros criptográficos. La principal iniciativa de esta propuesta fue tratar de financiar la acción climática y alentar las operaciones más limpias en la industria criptográfica.

Este cambio hacia la industria criptográfica podría ser el mayor avance de la que se haya abordado hasta la fecha. Serán necesarios esfuerzos innovadores de la comunidad y regulaciones de apoyo diseñadas para presentar un futuro de blockchain verdaderamente verde.

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