En el momento de la publicación, los alcistas han logrado tocar (ligeramente) la resistencia de $30K (máximo: $30.5K). Ciertamente, hubo una ruptura técnica. Lo que sirvió para que la prensa hiciera fiesta con el titular. Sin embargo, aún no podemos decir que hemos tenido un breakout. Al ver la gráfica, nos podemos dar cuenta que el precio se encontró con un techo. Es decir, todavía estamos muy cerca de la barrera para cantar victoria. De hecho, se podría decir que se trata más de un intento de ruptura que de una ruptura como tal. Ahora lo que necesitamos es un breakout.

¿Qué es un breakout? Un breakout es cuando el precio rompe una resistencia o un soporte específico y lo hace con fuerza. La resistencia, entonces, se convierte en el nuevo soporte. O, en el movimiento contrario, el soporte se convierte en la nueva resistencia. Por lo basic, al romper el nivel, el precio se acelera, buscando alejarse de dicho nivel. Normalmente, tenemos un breakout con volumen.

En este caso, lo que se necesita es, por lo menos, un par de velas verdes por encima de $30.5K para poder decir que la resistencia se ha roto por completo. De lo contrario, lo que podríamos estar teniendo es un intento fallido. Es decir, el precio técnicamente sí tocó la barrera psicológica de $30K. Pero si lo siguiente son velas rojas o verdes muy pequeñas, lo que tendremos, en lugar de un breakout, sería un rechazo.

¿Cuándo podemos cantar victoria? Bueno, primero, necesitamos un buen breakout, varias velas verdes por encima del nivel y tiempo de confirmación para que el nuevo soporte se fortalezca. Volumen, verde, distancia y tiempo. Tocar el nivel no es romper el nivel. Porque debemos recordar que no es una ciencia exacta. En realidad, estamos hablando de áreas de resistencia y soporte. En efecto, sí rompimos la barrera de los $30K. Pero, en realidad, no rompimos la resistencia de los $30K. ¿Por qué no? Porque necesitamos más fuerza, más verde y más volumen. Es decir, tocamos a la costa, pero aún no hemos cruzado el río.

Todavía estamos a tiempo. El volumen puede llegar. Y los alcistas pueden colocar varias velas verdes por encima de $30.5K. En ese momento, podríamos decir que hemos hecho ruptura. Lo que tenemos ahora (momento de la publicación) es una ruptura técnica.

¿Cómo podemos interpretar tanto optimismo? Por un lado, tenemos muchas razones para tener dudas sobre el futuro cercano. De hecho, es posible que, para el segundo semestre del año, tengamos, según muchos analistas, una recesión. Y otros, incluso, van más allá. Algunos están hablando de una década perdida debido a una disaster de poco crecimiento, mucho endeudamiento y elevada inflación (estanflación). Los pronósticos no son muy alentadores debido a unas circunstancias muy particulares. 

Claro que las situaciones se pueden interpretar de muchas maneras y nadie sabe a ciencia cierta el desenlace de esta historia. Los principales bancos centrales del mundo están aumentando los costos del crédito. Y eso, obviamente, está teniendo un impacto en la demanda. Lo que inevitablemente tiene un impacto en las valoraciones. Debemos recordar que el crédito mueve el mundo. Y la diferencia entre un crédito barato y uno más caro no es poca cosa.

Sin embargo, pese a toda la incertidumbre, la comunidad bitcoin está anunciando el comienzo de un nuevo ciclo alcista. Pese a unas condiciones monetarias muy distintas, los alcistas están anunciando un retorno a los viejos tiempos. Y, en efecto, muchos han estado comprando con grandes expectativas.  

¿Qué está pasando en realidad? Se podría decir que este optimismo es un éxito de la propaganda minorista. Es decir, se ha propuesto una narrativa y la narrativa ha calado. Promoción, promoción, promoción. Lo que funciona, porque un mercado como este tiene la capacidad de cumplir sus propias profecías. Si muchas personas creen que el precio de Bitcoin va a subir, esa expectativa es alcista en sí misma. Las primeras compras suben el precio. Y, luego, el sentimiento cambia. Lo que genera más compras.

¿Cuál es la diferencia esta vez? En el 2017 y en el 2020, las narrativas eran prácticamente idénticas: “El precio de Bitcoin va a subir debido a la llegada del cash institucional”. Durante este primer trimestre del 2023, no ha entrado mucho dinero nuevo. El volumen no ha sido particularmente alto. Y no hay muchas instituciones manifestando interés. Lo que tenemos, principalmente, es militancia. En otras palabras, la fe en una historia es lo está impulsado este rally.

“Este rally cripto se ha construido sobre las espaldas de la comunidad cripto», dijo Mike Novogratz, CEO de Galaxy Digital, a CNBC. «No ha sido dinero nuevo… no ha sido la entrada de fondos de pensiones y administradores de activos. Realmente fue impulsado por el comercio minorista».

Al parecer, según la información disponible, el repunte precise no se basa en una entrada de dinero nuevo, sino que proviene de entusiastas de larga data que regresan al mercado después de su fuerte caída el año pasado.

La gran pregunta: ¿Qué tan lejos podemos llegar sin la entrada de nuevo dinero? Hay que reconocer que el bitcoiner a ultranza es una minoría. Y los recursos de esa minoría, obviamente, no son infinitos. Ciertamente, esa militancia tiene la capacidad económica para subir el precio. Pero esa capacidad tiene un límite. ¿Podemos romper el máximo histórico sin dinero nuevo?

En este momento, la narrativa, a diferencia del 2017 y del 2020, ya no es la llegada del money institucional. En la actualidad, volvimos a nuestros orígenes antisistema. Se retornó a presentar a Bitcoin como un sistema alternativo rivalizando al sistema bancario tradicional en el contexto de la crisis bancaria real. Esta narrativa cala mucho con los militantes de la vieja escuela. Como resultado, para muchos, y en muchos aspectos, llegó el momento de la revolución. ¡A cerrar filas! 

Ahora bien, esto no es nuevo. Los escarabajos del oro llegan décadas y décadas con la misma cantaleta. Y, en efecto, la narrativa con frecuencia obtiene resultados en tiempos particularmente pesimistas. Sin embargo, a pesar de todo, el mundo sigue. Las crisis pasan, y, tarde o temprano, volvemos a una normalidad relativa. 

Bitcoin vale lo que alguien esté dispuesto a pagar por él. La aspiración del vendedor es vender al precio más elevado posible. Y la aspiración del comprador es comprar al precio más bajo posible. El precio del momento es el encuentro entre estas dos aspiraciones. Si alguien está dispuesto a pagar $30K por un BTC y tiene el fiat para ello, seguramente, obtendrá su BTC. Sin embargo, para que ese precio se pueda mantener, es necesario que el próximo comprador también esté dispuesto a pagar a $30K. Y eso no es posible por mucho tiempo sin la entrada de dinero nuevo, porque los recursos de la comunidad bitcoin genuine no son infinitos. En otras palabras, este rally no es sostenible con la militancia sola. Necesitamos gente nueva. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Noticias Blockchain. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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