Para confiar en alguien, necesitamos que tenga dos cualidades esenciales: que sea honesto y que sea capaz. Esto significa que haga lo que promete y que domine lo que hace. Estas son las bases de una buena relación. No hay más misterio.

La confianza no solo se da entre personas, sino también entre países. Y los países, como las personas, tienen que ganarse nuestra confianza. ¿De qué manera? Cumpliendo sus compromisos y mostrando su capacidad. Esto implica que sean estables y que progresen. Así de sencillo.

La seguridad y el crecimiento son las condiciones que hacen que un país sea confiable. Un país seguro respeta las normas, defiende los derechos, asegura la paz y mantiene el orden. Un país que crece deliver riqueza, genera trabajo, impulsa la innovación y atrae el interés. Estos son los factores que dan confianza, tanto a los que residen en él como a los que no.

Por eso, para que tu país sea confiable, no sirve de nada adornarlo con una bandera o alabarlo con una canción. Tienes que pedirle que haga lo que dice y que domine lo que hace. Esto quiere decir que sea estable y que progrese. Así de fácil.

España y Latinoamérica tienen una historia larga y compleja, llena de conquistas, colonización, independencia y cooperación. Durante siglos, España dominó gran parte de América, imponiendo su cultura, religión e idioma. Pero los pueblos latinoamericanos lucharon por su libertad y se liberaron del yugo español. 

Hoy en día, España y Latinoamérica mantienen vínculos estrechos. De hecho, los capitales latinoamericanos han invertido mucho en España, especialmente en sectores como la banca, las telecomunicaciones y la energía. Así, se podría decir que Latinoamérica ha devuelto el favor a España, aunque con más generosidad que ironía.

Sin embargo, hay reportes que sugieren que los inversores extranjeros en España, sobre todo los que vienen de México, Venezuela y Perú, están muy preocupados por las decisiones que está tomando el Gobierno español. Y no es para menos, porque algunos de ellos ya han vivido en carne propia lo que significa tener un gobierno que cambia las reglas del juego a su antojo y que no respeta la seguridad jurídica ni la propiedad privada.

Se ha indicado que la fuga de capitales es tan grande que parece una estampida. Los bancos, las consultoras y los abogados están desbordados por la cantidad de clientes que quieren hacer sus maletas y marcharse a otros países más estables y predecibles.

Los inversores latinoamericanos que han ido a España a hacer negocios y a buscar refugio de las políticas de sus países de origen se enfrentan a una situación de incertidumbre por las decisiones que está tomando el Gobierno español. Muchos de ellos están reaccionando sacando su dinero de España y vendiendo sus empresas y propiedades con rapidez. Las fuentes afirman que la fuga de capitales es muy elevada y que se va a incrementar en los próximos meses, antes de que el Gobierno apruebe algunas de las medidas que ha pactado.

Se ha sugerido que los inversores latinoamericanos no desean que España se asemeje a Venezuela, donde el gobierno ha deteriorado la economía, ha generado una disaster humanitaria y ha vulnerado los derechos humanos. Ellos ya han padecido eso en su propio país y no quieren volver a experimentarlo, ni siquiera en un país tan bello y hospitalario como España. Por eso, están trasladando su dinero a otros países y vendiendo sus activos lo más pronto que pueden, para no perder ni un euro de su valor.

Ahora bien, España es un país que ha atraído a muchos inversores latinoamericanos por su cercanía cultural, lingüística y geográfica. Sin embargo, en los últimos años, algunas decisiones del gobierno español han generado incertidumbre y desconfianza entre los inversores de América Latina. ¿Son estas decisiones racionales o emocionales? ¿Qué factores influyen en ellas? 

Para responder a estas preguntas, hay que analizar el contexto político, económico y social de España y de América Latina. Por un lado, España ha vivido una disaster económica y social que ha provocado el auge de partidos políticos de izquierda y nacionalistas, que han planteado medidas como la subida de impuestos, la regulación del mercado inmobiliario o el referéndum de independencia de Cataluña. Estas medidas han generado rechazo y temor entre algunos inversores, que ven amenazada la estabilidad y la rentabilidad de sus negocios.

Por otro lado, América Latina ha experimentado un crecimiento económico y social en las últimas décadas, que ha permitido a muchos ciudadanos acceder a una mayor educación, salud y bienestar. Sin embargo, también ha habido problemas como la corrupción, la violencia, la pobreza o la inestabilidad política, que han impulsado a muchos latinoamericanos a buscar oportunidades en otros países, especialmente en Europa.

Por lo tanto, se puede decir que las decisiones de los inversores latinoamericanos en España son el resultado de una combinación de factores racionales y emocionales, que dependen de las expectativas, los riesgos y las oportunidades que perciben en cada momento. No se trata de decisiones fáciles ni definitivas, sino de decisiones que se adaptan a la realidad cambiante de ambos continentes.

¿Te gustaría invertir en España, pero te asustan las noticias de que los inversores latinoamericanos se están yendo? La preocupación es válida. Todo tiene más de dos lecturas. Tal vez los latinoamericanos sean unos exagerados que no saben apreciar las bondades del gobierno español, que solo quiere hacer un país más justo y solidario. O puede que sean unos listos que se han dado cuenta de que el gobierno español les está haciendo la vida imposible con sus medidas arbitrarias e impredecibles. ¿Quién sabe?

¿Qué opinas de la fuga de inversores latinoamericanos de España? ¿Crees que son unos “exagerados” que se asustan por nada o unos visionarios que se anticipan al desastre? Yo no soy nadie para juzgar, en realidad, no sé quién tiene razón. Pero si tú eres de los que piensan que España sigue siendo un buen lugar para invertir, esta fuga ha tenido un efecto secundario. Ahora puedes encontrar casas y empresas a precios de ganga, gracias a que los inversores latinoamericanos las están vendiendo a toda prisa. Pero cuidado, no te confíes demasiado, porque puede que mañana el gobierno cambie las reglas del juego y te encuentres con una sorpresa desagradable. Al final, esto es como una ruleta rusa: nunca sabes si te va a tocar la bala o el premio. ¿Vale la pena el riesgo?

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Noticias Blockchain. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

 

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