¿Qué es Bitcoin? ¿Una revolución que está afectando a toda la humanidad? ¿El futuro del dinero? ¿O una moda que solo interesa a unos pocos? Si leemos las noticias sobre Bitcoin en las redes sociales, podríamos llegar a pensar que se trata de la primera opción. Después de todo, cuando se dice que Bitcoin es el futuro, “futuro” implica a todos. Lo masivo. Sin embargo, todavía no está ahí. Nos guste o no, por ahora, es una minoría la que está participando.
¿Y quiénes son esos pocos que invierten en Bitcoin? Según un estudio de Statista, los inversores en Bitcoin suelen ser hombres con un nivel de educación outstanding. El 72% de los inversores en Bitcoin son hombres, y el 65% tienen un título universitario o outstanding. Los inversores en Bitcoin también tienden a ser jóvenes, con una edad media de 34 años.
Los inversores en Bitcoin también tienden a ser más conocedores de las criptomonedas que la población typical. El 62% de los inversores en Bitcoin han estado involucrados en las criptomonedas durante más de un año.
En basic, los inversores en Bitcoin son personas que están dispuestas a asumir un mayor riesgo para obtener un posible rendimiento más alto. Están interesados en las criptomonedas como una nueva forma de inversión y están dispuestos a aprender sobre ellas.
¿Qué los motiva? En primer lugar, el deseo de obtener ganancias. Los inversores en Bitcoin esperan que el precio de la moneda siga subiendo.
En segundo lugar, la creencia en el potencial de las criptomonedas como una nueva forma de moneda. Algunos inversores creen que las criptomonedas podrían reemplazar al dólar estadounidense como moneda de reserva mundial.
En tercer lugar, la creencia en la descentralización de las criptomonedas. Algunas personas creen que las criptomonedas son una forma de escapar del management del gobierno y los bancos.
Ahora bien, Bitcoin ha alcanzado su máximo de 2023. Sin embargo, los inversores minoristas (el gran público), que fueron los principales responsables de la subida del precio de la criptomoneda en 2021, según algunos reportes, en estos momentos, se están manteniendo al margen. ¿Qué les pasa? ¿Acaso no les gusta el dinero?
¿Por qué los inversores minoristas no están comprando Bitcoin? Hay varias razones posibles para esta situación. Una de ellas es la alta inflación, que está erosionando el poder adquisitivo de los consumidores. Otra razón es el aumento de las tasas de interés, que está haciendo que sea más caro obtener préstamos para invertir. Además, los inversores minoristas siguen preocupados por la volatilidad del mercado de las criptomonedas.
Los analistas han utilizado varios indicadores para intentar medir la demanda minorista de Bitcoin. Uno de ellos es la prima del USD Tether en China. Esta prima mide la diferencia entre el valor del USD Tether en China y el valor del dólar estadounidense. Cuando la prima es alta, indica que los inversores chinos están comprando Bitcoin. Sin embargo, la prima ha estado en niveles relativamente bajos en los últimos meses.
Otro indicador de la demanda minorista es el número de búsquedas de «comprar Bitcoin» en Google. Este número ha estado relativamente estable en los últimos meses, lo que sugiere que no hay un aumento de interés por parte de los inversores minoristas.
Los analistas también han analizado la tasa de financiamiento semanal de futuros perpetuos. Esta tasa mide la demanda de apalancamiento por parte de los inversores minoristas. Sin embargo, la tasa de financiamiento también ha estado en niveles relativamente bajos en los últimos meses.
Cuando hablo del público, no me refiero a los expertos en finanzas o a los gurús de la tecnología. Me refiero al peluquero, la taxista y la tía joven. Esos que en el 2020 se interesaron por las criptomonedas y me llenaron el WhatsApp de preguntas y consejos. Ahora la cosa ha cambiado.
Obviamente, el precio de Bitcoin ha subido mucho por la demanda. Pero la gente de a pie no le está prestando tanta atención. Al parecer, los que están comprando somos los viejos bitcoiners. Y las instituciones. Bancos, empresas, fondos de inversión. Todo indica que el dinero nuevo viene de arriba.
Lo que es bastante curioso… Y aún está por determinarse qué significa esto. ¿Será que las criptomonedas se están volviendo más serias y respetables? ¿O será que están perdiendo su esencia rebelde y descentralizada? ¿Qué opinan ustedes, queridos lectores? ¿Siguen confiando en el futuro de Bitcoin? ¿O creen que es una burbuja que va a explotar?
Yo también he hecho mi pequeña encuesta informal entre familiares y amigos. Lo que no significa mucho, porque anécdotas de este tipo no son muy representativas. Sin embargo, obtengo respuestas similares. La volatilidad les asusta. Porque ya han vivido la experiencia de la euforia seguida del desplome. Entonces, la gente asume que esta vez será más de lo mismo. Mucha bulla, pero luego que se caiga. Muchos, incluso, se burlan de los supuestos “cryptobros”, esos que parecen más necios que un vendedor de Herbalife.
Es posible que lo que esté pasando es que la gente necesita más tiempo. Bitcoin tiene que subir más, romper el máximo histórico y seguir subiendo para que las personas de a pie empiecen a dudar. Y una vez que la codicia les llegue, ahí sí entrarán. Es decir, todavía es muy pronto en el ciclo. Lo que sí es cierto es que para que Bitcoin alcance mayores alturas necesita sangre nueva. Porque con los que estamos no es suficiente. Necesitamos dinero nuevo. Necesitamos un grupo más grande.
Pero no se desesperen, queridos lectores. No se dejen llevar por el pesimismo o el aburrimiento. Bitcoin es una revolución que sigue creciendo y mejorando. Que sigue atrayendo a más y más personas que ven en él una oportunidad de liberarse del sistema financiero tradicional. Pero eso es gradual. Eso es poco a poco. Roma no se construyó en un día.
Y nosotros, los viejos bitcoiners, tenemos la responsabilidad de difundir el mensaje de manera responsable. De educar a la gente. De mostrarles las ventajas y los beneficios de las criptomonedas. De informar sobre los riesgos. De invitarlos a que se unan a esta comunidad. De hacerles ver que no se trata solo de ganar dinero, sino de cambiar el mundo. De hacerles ver que Bitcoin no es una burbuja, sino una realidad. Y que cuanto antes se suban al tren, mejor. Porque el tren no se va a detener. Y porque, como dice el refrán, el que ríe el último, ríe mejor.
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