✍️ Este artículo de opinión fue aportado por Diariocofundador y director de operaciones de Precio mínimo de NFT ✍️
Poder duro vs. poder blando
La mayoría de los análisis sobre qué hace que una cadena de bloques de capa 1 (L1) sea superior a otras y una gran inversión suelen hacer hincapié en los aspectos técnicos. A menudo describen atributos innovadores y revolucionarios, que se supone que actúan como una panacea, resolviendo todos los problemas y dilemas inherentes a los que se han enfrentado las cadenas de bloques públicas desde su creación.
Y si bien está clarísimo que la tecnología es primordial y que se producen mejoras y descubrimientos constantes en el diseño de consenso, la criptografía y la ingeniería de sistemas distribuidos (poder duro) son indispensables para que esta tecnología esté disponible para todos en el mundo, es importante recordar que las cadenas de bloques no son justo tecnología.
De hecho, las cadenas de bloques se basan en la fe (atención) de la comunidad, arraigada en valores compartidos, cultura y, en el mejor de los casos, un ethos universalmente accesible. Ofrecen a todos la oportunidad de participar en una historia abierta y optimista que se registra en bloques y es adoptada por la imaginación de la comunidad. Esto es lo que llamamos la Poder suave de una cadena de bloques.
Las cadenas de bloques son la herramienta de coordinación definitiva, los libros de contabilidad definitivos donde la humanidad puede registrar su existencia y su historia digitales. Las cadenas de bloques son tecnología, pero son mucho más que tecnología. Y si solo las juzgamos por estándares técnicos, si solo evaluamos sus características técnicas e ignoramos su poder blando, nos perderemos el panorama general.
Sobre historia, escritura y contabilidad
Como explica Yuval Noah Harari en SapiensLos humanos llegamos a dominar el mundo gracias a nuestra capacidad de cooperar en grandes cantidades, gracias a nuestra capacidad única de creer en cosas, es decir, historias, que existen puramente en nuestra imaginación.
Esas historias basadas en sistemas de creencias compartidos, esos artefactos culturales que codifican diferentes aspectos de la existencia humana, cuando se combinan entre sí y grabadodar origen a la historia.
¿Y cómo registramos la historia? Escribiéndola.
Así, por un lado, podemos definir la historia como una suma de relatos compartidos sobre cuya importancia y validez hay consenso entre las comunidades humanas. Y, por otro, podemos afirmar que la historia y la escritura están entrelazadas, ya que no se puede tener una historia propiamente dicha sin un sistema de registro.
Agreguemos algo más aquí. La escritura cuneiforme más antigua del mundo se originó a partir de un antiguo sistema de contabilidad que utilizaba fichas de arcilla para llevar un registro de bienes como el ganado y el grano en las primeras sociedades agrícolas del Cercano Oriente. Inicialmente, estas fichas representaban diversos bienes, con diferentes formas que indicaban diferentes artículos o cantidades, como un cono para una pequeña cantidad de cebada.
Hacia el año 3500 a. C., cuando surgieron las ciudades y la economía se volvió más compleja, la variedad de fichas se amplió a unas 300 formas diferentes para abarcar una gama más amplia de bienes producidos en las zonas urbanas. Curiosamente, el impulso final hacia el desarrollo de la escritura provino de la creencia compartida de la sociedad mesopotámica en el más allá.
Historia, creencias compartidas, un sistema de registro, un mecanismo de contabilidad, fichas… ¿te suenan familiares esos conceptos, anónimo?
El dinero y la monetización como creencias compartidas
Según el citado Harari, la capacidad humana de coordinarse en grandes cantidades surge de nuestra capacidad única de creer en cosas que existen puramente en la imaginación, como los dioses, las naciones, el dinero y las leyes.
En otras palabras, los sistemas de cooperación a gran escala, como las religiones, las redes comerciales y las instituciones políticas, son el resultado de una capacidad humana única para la ficción.
En ese marco, el dinero sólo existe mientras exista una creencia compartida en él como un sistema de confianza mutua. Y en ese sentido, la tesis de Harari se conecta directamente con la teoría subjetiva del valor, que postula que el valor de cualquier bien no está determinado por la propiedad inherente del bien, ni por el valor acumulativo de los componentes o el trabajo necesarios para producirlo o fabricarlo, sino por los individuos o entidades que compran o venden el objeto en cuestión.
Debido a este concepto, el valor de un artículo puede aumentar significativamente desde el momento de su creación, ya que se lo considera más valioso o deseable en ciertos contextos culturales. Numerosos factores pueden influir en esta evolución, como los cambios en la edad, el apego personal, la rareza, etc. En pocas palabras, relevancia cultural.
Pero ¿por qué es todo esto importante?
La teoría subjetiva del valor (STV) nos ayuda a dar sentido a todas las reservas de valor que la humanidad ha adoptado a lo largo de la historia, como la sal, el ganado, las conchas, el oro y también los criptoactivos como Bitcoin y Ether.
Sin embargo, sólo comprendiendo la tesis de Harari respecto del papel clave que han desempeñado las creencias compartidas en la historia humana podemos… en realidad comprender toda la fuerza de STV y cómo funciona.
Al igual que la historia humana misma, el dinero exitoso y las reservas de valor no son solo el producto de una creencia compartida inicial y seminal: ¡son artefactos en red que requieren atención constante!
Algunos dirían que sin dinero no hay gracia. En el caso de las cadenas de bloques, es mejor asegurarse de que la L1 preferida tenga una reserva de valor como activo nativo antes de afirmar que es superior a sus pares. Si no es buen dinero, no tendrá una buena seguridad económica. Punto.
¿Y cómo puede asegurarse de que su activo nativo se haya convertido realmente en una reserva de valor y no en una mera moda?
Historia y vitalidad cultural. Ahí está la respuesta.
Las cadenas de bloques como registros históricos digitales
Recuerde, una cadena de bloques pública como Ethereum o Bitcoin es un libro de contabilidad compartido, descentralizado, inmutable y resistente a la censura que facilita el registro de transacciones y el seguimiento de activos.
En otras palabras, una vez que la información se registra en una cadena de bloques, no se puede alterar ni eliminar fácilmente. Esta característica es vital a la hora de preservar registros históricos, ya que garantiza la autenticidad de los documentos o transacciones almacenados en la cadena.
Damos mucho crédito al ingenioso sistema que permite la gestión de transacciones y saldos sin necesidad de confiar en nadie, pero ¿qué pasa con el historial real que se registra? ¿No es tan importante como la tecnología subyacente?
Definitivamente, en mi opinión.
ETH, el activo nativo de Ethereum, obtiene su valor de sus propiedades criptoeconómicas, según las reglas establecidas por el protocolo. Sin embargo, como ya señalamos, eso no significaría nada sin una comunidad fiel y numerosa de humanos que sí vean el valor tanto en el uso de la red como en el almacenamiento de riqueza en el activo nativo.
La creencia compartida de la comunidad en el valor de la red da lugar a una rica historia económica que se registra en la cadena de bloques de Ethereum como un libro de contabilidad público. Y es precisamente esa rica historia, esa cultura compartida de la comunidad, la que conduce a un ciclo de retroalimentación positiva que refuerza constantemente el valor de ETH, su activo nativo.
La historia no es más que la suma de historias compartidas que tienen importancia para una comunidad y que cuentan con un consenso social sobre su importancia. En el caso de las cadenas de bloques, su historia refleja las relaciones sociales y económicas que se desarrollan entre los miembros de su comunidad.
Estas relaciones no sólo deben medirse en términos cuantitativos sino también cualitativos, como reflejo de la cultura que las sustenta:
- ¿Es justo comparar el impacto de la creación de CryptoPunks y sus efectos de segundo orden, que conducen al desarrollo de toda una industria, con el lanzamiento de una colección de NFT de bajo esfuerzo que conduce a una locura temporal?
- ¿Podemos equiparar el impacto de Uniswap y otros avances DeFi 0 a 1 con protocolos 1 a N más simples que ofrecen mejoras incrementales y a veces parecen excusas para vender un token?
Si bien se puede argumentar que todas las L1 tienen su propia historia inscrita en forma de bloques, lamentablemente no todas las historias de blockchain nacen y crecen de la misma manera, y la influencia que ejercen sobre sus respectivos activos nativos (y más específicamente, sobre sus capacidades para acumular valor durante largos períodos de tiempo y convertirse en depósitos de valor) no es la misma.
Alejar el zoom
Una cadena de bloques L1 tiene valor como herramienta de coordinación y como registro descentralizado sobre el que construir una economía y una comunidad de comunidades. Sin embargo, no todas las cadenas de bloques son iguales. Atributos como la descentralización, la resistencia a la censura y la falta de confianza comienzan como características técnicas, pero evolucionan hasta convertirse en valores fundamentales (un sistema de creencias o una narrativa compartida) que unen a una comunidad.
Sin una creencia sólida en estos valores y principios, y sin una comunidad vibrante y creativa que elija la cadena de bloques como hogar para sus proyectos y depósito para sus creaciones y riqueza, es imposible desarrollar una historia rica y duradera. Esta historia compartida atrae a nuevos miembros que ayudarán a hacer crecer la red. este historia que proporciona al activo un soporte invisible pero crucial: la fe y la atención constante de la comunidad.
Pensemos en Ethereum: imaginemos cuánto valdría y cómo habría mantenido su valor durante diez años si Vitalik no lo hubiera lanzado a través de una ICO y no hubiera establecido una Fundación para administrarlo. ¿Qué hubiera pasado si no hubiera implementado una fase de Prueba de Trabajo para evitar una concentración excesiva de tokens? ¿Qué hubiera pasado si hubiera actuado de manera engañosa y no hubiera priorizado los mejores intereses de la red? ¿Qué hubiera pasado si Larva Labs, Hayden Adams y muchos otros fundadores no hubieran elegido a Ethereum como el hogar principal?
La comunidad y la historia de Ethereum serían completamente diferentes. La tecnología no es el problema principal porque es actualizable, aunque esté sujeta a desafíos derivados de la deuda técnica. La historia, sin embargo, es irrepetible, irreemplazable e indeleble. Solo ¡A través de una historia rica y duradera, el activo nativo de una cadena de bloques puede desarrollar una prima!