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El bitcoin ha adquirido una nueva dimensión estratégica para Rusia. Frente a las sanciones económicas impuestas por Occidente, el país ha encontrado en la minería de criptomonedas una palanca inesperada para mantener a flote su economía. Con más de 3.000 millones de dólares minados en bitcoin el año pasado, Rusia parece haber encontrado una forma de eludir las restricciones y, al mismo tiempo, aumentar sus ingresos fiscales.
Legalización del Bitcoin: una jugada maestra en el terreno económico
El pasado mes de julio, la Duma Estatal rusa dio un paso decisivo al legalizar la minería de bitcoins. Esta decisión, mucho más que un simple gesto legislativo, refleja una estrategia económica bien pensada en un contexto de creciente presión internacional.
Al legitimar esta actividad, el gobierno ruso permite a las empresas registrarse como entidades legales y beneficiarse de un marco regulatorio favorable, lo que abre el camino a inversiones masivas en infraestructura minera y estimula el interés de los inversores locales y extranjeros.
Desde el punto de vista fiscal, esta iniciativa ya ha dado sus frutos: según las estimaciones, las actividades mineras han generado unos 50.000 millones de rublos (unos 556 millones de dólares) en impuestos para el Estado ruso.
Esta cifra, impresionante para un primer año, podría aumentar aún más con la afluencia de nuevos inversores atraídos por la estabilidad regulatoria y los posibles retornos.
La legalización de Bitcoin es parte de una serie de medidas encaminadas a fortalecer el uso de las criptomonedas en el comercio internacional.
Frente a las restricciones impuestas por Occidente, Rusia parece encontrar en las monedas digitales un medio para eludir las sanciones económicas y estimular al mismo tiempo su economía interna.
Evasión de sanciones: una táctica bien aceitada
El recurso ruso al bitcoin y a las criptomonedas no se limita a una estrategia económica interna, sino que también forma parte de una táctica para evadir las sanciones internacionales.
Las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea han aislado a Rusia de muchos mercados financieros tradicionales, pero las criptomonedas ofrecen una vía de escape.
La empresa de análisis blockchain Chainalysis ha expresado su preocupación por el uso de plataformas criptográficas rusas para eludir sanciones.
Entre estas plataformas, Garantex, una plataforma de intercambio de criptomonedas autorizada, ha procesado casi 100 mil millones de dólares en transacciones desde 2018. Aunque esta plataforma está bajo el escrutinio de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) en los Estados Unidos y la Oficina de Implementación de Sanciones Financieras (OFSI) en el Reino Unido, sigue siendo un actor central en el mercado de criptomonedas ruso.
Los observadores señalan que plataformas como Garantex y Exved desempeñan un papel crucial a la hora de facilitar el comercio transfronterizo, permitiendo a Rusia mantener un cierto nivel de intercambios económicos a pesar de las sanciones.
Por su parte, Exved tiene vínculos con el banco InDeFi y se dice que fue cofundada por Sergey Mendeleev, también director de Garantex, y Alexander Lebedev, ex oficial de la KGB. Esta compleja red de plataformas e individuos ilustra el ingenio de Rusia a la hora de utilizar criptomonedas para eludir las restricciones financieras.
¿Hacia una economía paralela?
La estrategia de Rusia de adoptar masivamente Bitcoin y otras criptomonedas plantea preguntas más amplias sobre el futuro de los intercambios económicos globales.
Al permitir que Rusia continúe comerciando con el resto del mundo, las criptomonedas crean una economía paralela, protegida de las instituciones financieras tradicionales y de las sanciones internacionales.
Esta realidad podría cambiar la dinámica del poder económico global, ya que otros países sancionados podrían seguir el ejemplo y recurrir a las monedas digitales para apoyar sus propias economías.
Además, la legalización de Bitcoin y la creciente adopción de criptomonedas en Rusia podrían tener repercusiones en todo el ecosistema de activos digitales. Al desempeñar un papel más activo en este ámbito, Rusia podría influir en las regulaciones globales en torno a Bitcoin y las criptomonedas, transformándolas en herramientas geopolíticas.
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Fascinado por el bitcoin desde 2017, Evariste ha seguido investigando el tema. Si bien su primer interés fue el trading, ahora intenta activamente comprender todos los avances centrados en las criptomonedas. Como escritor, aspira a ofrecer constantemente un trabajo de alta calidad que refleje el estado de la industria en su conjunto.
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