La inteligencia artificial (IA) no es solo una moda. Es una herramienta poderosa que puede cambiar el mundo. No se trata de que los robots nos vayan a dominar o a quitar el trabajo. Se trata de que podemos aprovechar la IA para resolver problemas, mejorar procesos, crear productos y servicios innovadores y hacer nuestra vida más fácil y divertida.

Las empresas y las personas que no se adapten a la IA se quedarán atrás. Es como perder el tren de la historia. Por eso, las grandes compañías tecnológicas como Microsoft, OpenAI, Google, Amazon, Meta y Apple están invirtiendo millones de dólares en desarrollar y aplicar la IA en sus negocios.

Pero, ¿y Samsung? ¿Qué está haciendo Samsung al respecto? Pues resulta que Samsung también está apostando por la IA. Samsung no se quiere quedar fuera del juego.

Soy un usuario fiel de Samsung, pero no por amor, sino por costumbre. No me gusta Apple, y creo que no soy el único. Siempre he querido ir contra la corriente Apple, y Samsung me ofrece una alternativa más fácil. No me siento orgulloso de usar Samsung, me siento orgulloso de no usar Apple.

¿Por qué no me gusta Apple? Porque me parece una marca sobrevalorada, elitista y aburrida. Sus productos son caros, cerrados y poco innovadores. Me aburren sus diseños minimalistas, sus colores neutros y sus anuncios pretenciosos. Prefiero la variedad, la libertad y la sencillez que me ofrece Samsung.

No sé si Samsung es mejor que Apple, pero sé que es diferente. Y eso es lo que busco: algo que no sea Apple. No quiero ser uno más del rebaño de Apple. No me siento particularmente rebelde o especial siendo usuario de Samsung. Es solo que me sentiría ridículo uniéndome al culto de Apple.

¿Por qué elegí un Samsung? Pues porque me gusta lo que hace. Las opciones chinas no me llamaron mucho la atención. No sé, me parecen todas iguales. Samsung es surcoreana. Los surcoreanos saben hacer las cosas. Y eso es lo que busco: un teléfono que funcione y tenga todo lo básico a un precio razonable. No necesito un Apple iphone para sentirme especial. Con un Samsung me siento cómodo. Es una decisión más práctica que estética o social.

Ahora bien, Samsung es una empresa líder en el mercado de los smartphones, los televisores y los chips de memoria, pero tiene un gran desafío por delante: la inteligencia artificial (IA). Como sabemos, la IA es la tecnología que permite a las máquinas aprender de los datos y realizar tareas complejas, como reconocer rostros, entender el lenguaje o jugar al ajedrez. Samsung quiere aprovechar la IA para mejorar sus productos y servicios, y competir con rivales como Apple, Google o Amazon.

Sin embargo, Samsung tiene algunas desventajas en el campo de la IA. Una de ellas es que no tiene un sistema operativo propio para sus dispositivos, sino que depende de Android, que es controlado por Google. Otra es que no tiene una plataforma de nube propia, sino que usa la de Microsoft. Además, Samsung tiene una cultura corporativa muy jerárquica y conservadora, que dificulta la innovación y la colaboración.

Para superar estos obstáculos, Samsung ha invertido miles de millones de dólares en la investigación y el desarrollo de la IA. Ha contratado a cientos de expertos en el tema, ha abierto siete centros de investigación en todo el mundo y ha adquirido varias empresas emergentes de IA. También ha lanzado su propio asistente digital, llamado Bixby, que pretende ser más inteligente y personalizado que Siri o Alexa.

Sin embargo, Bixby no ha tenido mucho éxito entre los usuarios, que lo consideran lento, torpe y limitado. Samsung ha tenido problemas para adaptar Bixby a diferentes idiomas, culturas y contextos. Además, Bixby tiene que competir con otros asistentes virtuales más populares y establecidos, que ya están integrados en muchos dispositivos y servicios.

Samsung no se rinde y sigue apostando por la IA como una estrategia clave para su futuro. La empresa cree que la IA puede mejorar la experiencia de los consumidores y crear nuevas oportunidades de negocio. Por ejemplo, Samsung quiere usar la IA para conectar todos sus dispositivos entre sí y con otros servicios, creando un ecosistema inteligente llamado SmartThings. También quiere usar la IA para crear nuevos productos, como robots domésticos o gafas de realidad aumentada.

Ciertamente, Samsung tiene el potencial y los recursos para convertirse en un líder mundial en la IA, pero también se enfrenta a muchos retos y riesgos. La empresa tendrá que demostrar que puede innovar y adaptarse a las necesidades y preferencias de los usuarios, así como a las normas éticas y legales de cada país. La IA es una oportunidad y una amenaza para Samsung, y su éxito dependerá de cómo la aproveche.

La IA puede cambiar el mundo para bien o para mal, y hay una carrera por ver quién la domina. Los principales candidatos son:

Apple: Los reyes de los móviles, que guardan sus secretos de IA como oro en paño.

Google: El maestro de los datos, que investigan y desarrollan la IA en muchos campos y la comparten con los demás.

Microsoft: Los veteranos del program, que ofrecen soluciones de IA personalizadas y se preocupan por su ética y su impacto social.

OpenAI: Los soñadores de la inteligencia artificial general, que quieren crear una IA que nos supere a todos y que sea buena y justa.

¿Quién se llevará el gato al agua? ¿O habrá un reparto del pastel? ¿O aparecerá un invitado sorpresa? Nadie lo sabe. Lo que sí sabemos es que la IA nos sorprende (o nos asusta) cada día más.

Francamente, Samsung no la lleva fácil en esta carrera. Está atrasada. Sus rivales le sacan una ventaja enorme. Pero Samsung no se rinde. Sabe que tiene que darlo todo y acelerar el paso. Quiere demostrar que puede ponerse al día y alcanzarlos. Aunque sea el último, no va a dejar de correr. Tiene el orgullo y la determinación. Y también un poco de locura, porque esta carrera es de autos y él va en bicicleta.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Noticias Blockchain. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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