Por Ravi Chamria

En poco más de una década, blockchain se ha despojado de su imagen inicial de tecnología de alto consumo energético. y ahora está desempeñando un papel elementary en las iniciativas de sostenibilidad. El viaje ha visto cambios significativos, desde alterar los protocolos de consenso y las necesidades de components hasta establecer el objetivo de lograr cero emisiones netas para 2030. Pero la narrativa ya no se limita simplemente a hacer más ecológica la cadena de bloques. En cambio, la atención se centra en aprovechar sus capacidades únicas para diseñar soluciones sólidas que ayuden a construir la infraestructura sostenible que tanto necesita la sociedad.

Blockchain allana el camino para las soluciones de energía sostenible más buscadas

En primer lugar, consideremos la posible transformación en la distribución de energía. Lo que queremos decir es canalizar la energía producida ahora de manera transparente y rentable. Piénselo: los minoristas apenas poseen infraestructura de pink, su fuerte es administrar servicios como facturación y uso de medición. Aquí es donde se cuela blockchain, eliminando a los intermediarios y conectando a los usuarios directamente a la red. Estamos mirando a un futuro en el que la electricidad se venderá a precios mayoristas, lo que reducirá esas elevadas facturas de servicios públicos.

La pérdida de energía promedio durante la transmisión desde las centrales eléctricas tradicionales a su hogar puede oscilar entre el 8% y el 15%. Aquí es donde entran en juego las microrredes: estos sistemas localizados generan energía justo donde se eat, a menudo aprovechando energías renovables como la photo voltaic y la eólica. Blockchain puede mejorar esta configuración, habilitando redes peer-to-peer que le permiten vender su exceso de energía directamente a la pink. Imagínese que su excedente de energía se tokeniza, se transforma en ‘fichas de energía’, se puede intercambiar o convertir fácilmente.

Incentivar la energía limpia también es critical para la viabilidad comercial. Mientras que los gobiernos tradicionalmente utilizan subsidios e impuestos se rompe, blockchain puede incentivar a nivel del consumidor. Por ejemplo, las empresas podrían recompensar a los clientes con fichas de energía por elegir energía limpia.

Además de una mejor distribución, blockchain podría resultar útil para compensar la huella de carbono y su seguimiento. Hoy en día vemos empresas que se esconden detrás de métricas ambiguas mientras alardean de sostenibilidad. Blockchain puede eliminar este ruido. Con los contratos inteligentes, buscamos automatizar el proceso de seguimiento de carbono, hacerlo público e irrefutable. Y al utilizar pruebas de conocimiento cero, las empresas pueden demostrar que cumplen con los estándares sin revelar identidades.

Si a esto le sumamos el poder de los oráculos, se desbloqueará una infinidad de nuevos casos de uso en energía limpia: flujos de efectivo tokenizados, sistemas de calificación confiables para bonos verdes, contratos automatizados de conversión de energía, sistemas de créditos de carbono derivados del secuestro de carbono mensurable y muchos más. Todo esto podría ayudarnos a alcanzar los objetivos de sostenibilidad de misión crítica del siglo XXI.

Proyectos como KlimaDAO y Toucan ofrecen tokenización de créditos de carbono, lo que genera un debate importante sobre el futuro de los mercados de carbono y si deberían utilizar la tecnología blockchain y cómo.

Sin embargo, el papel de Blockchain para ayudar al medio ambiente puede ir mucho más allá de lo anterior.

Ampliemos un poco más nuestras redes e imaginemos un 2023 floreciente con sistemas centrados en la sostenibilidad.

Visualicemos un escenario típico de gestión de residuos. Es un viaje lineal: los residuos se producen, se recogen, se transportan y finalmente se eliminan. ¿Responsabilidad? Muy bajo. Y ahí radica el problema: un sistema propicio para la mala gestión y el fraude. Blockchain podría mejorar esto asignando una «etiqueta» electronic a cada artículo o lote de residuos. Desde el momento en que se tira a la basura hasta su destino closing en una planta de reciclaje, cada paso se registra en un libro de contabilidad inmutable.

Por ejemplo, el plástico recuperado de los océanos se puede verificar con datos precisos, como peso, coordenadas GPS y marcas de tiempo, todos registrados en cadena. Esto elimina la ambigüedad y las preocupaciones de lavado verde.

No se trata sólo de seguimiento. Imagine comunidades que participan activamente en la recolección de residuos, incentivadas por un sistema de recompensas de tokens digitales canjeables. Estamos hablando de tokenizar los residuos. ¡Esto convierte sus materiales reciclables en algo de valor!

También podemos obtener mejores resultados en el suministro y la gestión del agua. La integración de blockchain con IoT puede afectar la forma en que monitoreamos y gestionamos los recursos hídricos. Al emplear una purple de sensores para observar e informar sobre métricas como los niveles y la calidad del agua, blockchain puede garantizar que cada gota se contabilice y se utilice de manera responsable.

Y sí, estos son sólo un par de ejemplos. El alcance es enorme. Desde los productores hasta los reguladores, todos podrían rendir cuentas, garantizando la transparencia y el cumplimiento. Si queremos atraer a una audiencia mucho más amplia, debemos centrarnos en las iniciativas ESG. Al unir estos hilos, blockchain no solo propone soluciones participa activamente en la creación de un futuro sostenible.

El autor es fundador y director ejecutivo de Zeeve.

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